España logró anoche en Finlandia más de medio billete para la Copa del Mundo. Ganar el último partido como visitante era clave para sentenciar el pase a Brasil. Se hizo y además Francia nos mandó un regalito desde Georgia. Miel sobre hojuelas. El choque no fue demasiado rico en lo futbolístico aunque hubo un par de detalles rescatables de cara al futuro.
El primero es que Koke no es buen lateral. Del Bosque, imaginamos, le colocó ahí en base a sus actuaciones en el Atlético de Madrid. Allí Koke exhibe despliegue (es capaz de correr hasta el fondo), pone buenos centros y sin la pelota suele morder en esas zonas laterales. Pero ser lateral es otra cosa y se notó. En el uno contra uno fue superado y su posicionamiento a menudo rompía la coherencia de la línea defensiva. Albiol no lo pasó bien a su lado. Koke es un futbolista a tener en cuenta para Brasil pero no como “2”.
Koke sufrió demasiado como lateral en un partido asequible
Mejor le fue a su compañero de equipo Mario Suárez. Su evolución con Simeone es admirable y, como al resto del Atleti, cada día se le ve más suelto con la bola. Ante una Finlandia muy replegada en los primeros 45Gustó bastante la intensidad de Mario Suárez minutos apenas hizo falta que tocase balón pero eso no le sacó del partido. Muy concentrado a la hora de robar, dejó buenas sensaciones incluso cuando España concedía algunos contragolpes al ultradefensivo 4-5-1 finés. La pregunta es: ¿puede estar Mario Suárez a la altura del toque-toque español en tardes más exigentes? Recordemos que Del Bosque tiende a desconfiar de un monstruo internacional como Javi Martínez solo porque su pie no es tan dulce como el de la mayoría…
El resto de noticias ya fueron más habituales. Villa y Cesc regresaron a sus posiciones habituales dentro de La Roja. El primero, extremo izquierdo, demostró que lo que le apetece ahora es jugar con el Cholo, ser punta y disfrutar de espacios. Lo más positivo, sin duda su mejora física; dejó un par de buenas carreras. En cuanto a Cesc, de nuevo falso 9, fue de más a menos (en consonancia con la propia Selección) pero resolvió con un toque de esos que ahora ya le salen.
El ataque español no estuvo cómodo pero dejó algunos detallitos
España salió excesivamente relajada tras el descanso. Finlandia no había ofrecido argumentos amenazantes y eso desconectó a los nuestros, sobre todo a la hora de atacar. La Selección cayó en ese ritmo lento que convierte en antinatural el juego. Esa fase en la que no existen disparos, solo pases, y que termina creando más hastío en quien los ejecuta que en quien los recibe. Mirar a Xavi –principal responsable de la elaboración ayer– esta vez sería muy injusto (e irreal, nadie anduvo enchufado) pero es imposible obviar lo lento que está el de Terrassa. Dicho esto, bastó que Finlandia se fuera arriba para que Xavi matara con ese toque que un día dominó el fútbol como ningún otro centrocampista en el último lustro.
Wembley_86 7 septiembre, 2013
El mejor abrelatas ayer fue Jordi Alba. Era muy difícil que Villa o Pedro encontraran algún hueco para colarse por el medio, con tanta gente. Por eso la idea de meter a Navas, aunque sea ya el cambio sistemático de Del Bosque, me pareció buena.
Sobre el ritmo del balón y Xavi, sólo hay que recordar el partido de El Molinón, ante el mismo rival y el mismo planteamiento. Ahí el de Terrassa no estuvo, y no se jugó mejor ni más rápido. Tampoco vi anoche que Iniesta o Cesc movieran el balón al primer toque. Eso sí, no me pareció casual que el mediocampo bajara el nivel a media hora del final, por la fecha en la que estamos.
Lo que destaco de Cesc durante este primer tramo de la temporada es que entra más en contacto con el balón. Esto no pasaba antes, pues a lo mejor aparecía para hacer una pared o meter una asistencia, pero luego tenía lagunas en las que desaparecía durante largos ratos. A ver si sigue así.