El himno a garganta de Maracaná emocionó a los españoles. El mundo se ahogó mientras. Brasil se llevó todo el aire. Estrellas de Barça, Chelsea, Bayern y Madrid cantaron con la pasión del desdichado que clama justicia, del oprimido que prorrumpe libertad. Los niños de las 5 estrellas sabían que no eran nada más que polvo corpóreo al servicio de algo más importante. El país de la gente que les quiere no superó la ruina de 1950 ni con una mano entera de Mundiales. España, el recién llegado, el rival cuya mera existencia les insulta, amenazaba con repetir golpe y mucho más. Iker, Xavi e Iniesta superaron el nivel del 82 y el 70, de Zico y Pelé; pero aquéllo debía ser un secreto. Y ellos podían convertirlo en tal.
Del Bosque conocía el arranque de los de Scolari. Sabía que saldrían como bisontes-pantera, y ordenados como un ejército. Y sabía, porque se lo ha inventado él, que España es nada si no se asegura un 70% de posesión de balón. Es decir, si no es capaz de, haga lo que haga el contrario, mantener esa cuota de esférico. España es nada si pierde la pelota cuando el otro va a buscarla. Por eso no puso a Javi Martínez; porque la pierde si le presionan. Puso a Mata. Buscó que su energía y su talento para jugar a dos alturas -baja o sube- dinamizaran las triangulaciones rojas. Podría haberle salido. Era más probable que que Pedro, Mata y F. Torres ganasen a Hulk, Oscar, Neymar y Fred en un choque de ida-vuelta. España es (debe ser) control. Del resto no tiene.
Los desmarques de Pedro y Mata no hicieron daño a Brasil.
Dicho lo cual, el plan de Del Bosque ayer fue incompleto, porque no se detectó ninguna salida de emergencia. Es decir, es cierto, o al menos todos los partidos grandes disputados esta temporada así lo señalan, que un eje Busquets-Xavi no puede superar una presión; que no tiene ya velocidad gestual o rango de pase para hallar rápido a un alejado, batir línea, meter miedo y crear espacio. Son una invitación a subir la defensa. Pero más allá, tampoco se vio un trabajo táctico bueno en la parte de arriba. No se vieron líneas de pase claras. No dijimos «¡Xavi! ¡pásala allí! ¡que está solo!» Hubo inferioridad individual pero también táctica. Y se alimentaron. Entonces, Brasil robó donde y cuando quiso.
Paulinho reinó tácticamenteReconocimos a Alves, nos arrodillamos ante Thiago Silva, alzamos a David Luiz, aplaudimos por Luiz Gustavo y, quien pudiese, se emocionó con Paulinho, rey táctico de la Final. Paulinho dominó a Xavi, Iniesta y, así, Maracaná. Para que no recibiesen de espaldas, Vicente mandó a los interiores arriba, exigiendo movimiento previo antes de recibir para que tuviesen ventaja. Recibir parado dificulta. En cualquier caso, los desmarques de Iniesta y Xavi eran demasiado rectos, sin picaresca, no engañaban ni a Sheldon Cooper, y Paulinho se anticipaba a todos sus pensamientos.
Quedó claro que Brasil tiene más calidad ofensiva que Italia.
Marcelo bajó poco o menosHemos mencionado a todo el aparato defensivo de Brasil menos a Marcelo porque Marcelo no defendió. Es tan grande que, jugando como lateral en el día más importante de la Verde-amarela desde la Final de 2002, hizo su fútbol como lo hizo contra México y Japón. Es más que oficial que Scolari le pide que no baje, que no esté, que no defienda. Marcelo pisa más la zona de un 3 natural al principio de los ataques de Brasil que durante su defensa más estática. Recibe más privilegios que los que en su día Juande Ramos dio a Dani Alves en el Sánchez Pizjuán. Y el juego le está dando la razón a su míster. Marcelo, que está al 50%, fue imparable para España. Cada toque era una creación. Es muy bueno.
Y todavía más arriba, los puntas, sublimes, mataban. Al principio, con el partido un poco más lento, cargando hacia Hulk. Más tarde, con España intentando remontar, conduciendo desde Neymar -qué genio-. Casi todos los duelos dieron derrota española; Arbeloa, Alba, Ramos y Piqué fueron superados por pares que les atacaban, mínimo, en igualdad numérica y en vuelo. Lo del casi va por Busquets, que alguna robó. ¿Se hubiera defendido mejor con Martínez? Sí. Pero se hubiese perdido la pelota incluso con más frecuencia, se hubiera jugado hasta más rápido y hubiera habido muchos más ataques. Y se insiste: Pedro, Mata y Torres contra Hulk, Neymar, Oscar y Fred. Y Paulinho y Luiz Gustavo contra Busquets. Hay que ser realista. España no tiene pegada/calidad ofensiva del nivel de la de los mejores. De momento…
El 3-0 es un aviso; no un certificado de muerte anticipada.
En vistas al Mundial y al futuro más cercano, la derrota de ayer no nos dice nada que no se supiera. De hecho, el seleccionador fue el primero en descubrirlo y trabajar para evitarlo. A nivel mental, además, el 3-0 es un resultado sobre el que crecer. Este grupo ha ganado demasiado como para olvidarse de cómo se hace, el triunfalismo le dará un respiro y, en un año, en el España-Brasil que ojalá se dé, gozará de un equilibrio perfecto entre confianza, hambre y potencial. Iker, Alonso y Xavi van a intentarlo otra vez, y aunque jugarán peor de como jugaban, competirán si tienen salud. Ramos, Piqué y Busquets prefieren seguir a su lado que asistir al primer gran relevo. Las caras viejas ilusionan menos que las nuevas, pero los de siempre siguen siendo los más adecuados. Así lo aplaudimos ante Uruguay hace días. O, con más base, en París hace meses. Les resta un viaje a Brasil.
Abel Rojas 1 julio, 2013
Lo primero de todo, un aplauso a Jesús Navas. Vaya crack. Es una pena que no tengamos modo de aprovechar todo su fútbol. Es nuestro mejor delantero. El más diferencial.
@ Mask
Pues tenías razón Yo honestamente esperaba un partido más útil de Mata e Iniesta y que se sacase partido de algún modo del desorden habitual de los laterales de Brasil. Pero nada. Pusimos demasiado fácil que nos presionasen.
@ AlfredoMC
En realidad lo único que diferenció el partido de Arbeloa del del resto es que su nerviosismo se le notó en tres o cuatro pases que fueron regalos al contrario. Por lo demás, estuvo al mismo nivel defensivo que Alba, Ramos y Piqué, y Casillas,, con el añadido de pelear en el lado más difícil.
Partido muy, muy malo. Pero vamos, como el del resto. Una pena. La línea defensiva a excepción de Alba contra Italia había completado una ConfeCup brutal.
@ Tongo
No entiendo la vehemencia contra mí. Tongo, ¿lo de que Xavi estaba cuesta abajo y que eso modificaría totalmente el fútbol europeo dónde lo leíste por primera vez? Eras tú quien decía hace tres meses que el Barça era favorito a la Champions por encima de Bayern, Borussia y Madrid, tío. Aquí siempre hemos sido justos y honestos con el tema Xavi. Y no ahora que es fácil, sino cuando empezó todo, que hace muuuuuuuuucho tiempo. Su último partido dominante sin matices es la Final de la Champions de 2011. Pero como te digo, intentamos ser justos y honestos, y por eso se le reconoce un papel importante en la Selección. Hace muy poco que se jugó el Francia-España en París, un partido durísimo e importantísimo, y que España dominó con participación secundaria pero importante del catalán.
España no es el Barça. España tiene centrocampistas para cubrir las deficiencias de Xavi. No confundas grupos que no son iguales.