Tras proclamarse campeón por primera vez en su historia ocho años antes en el Camp Nou frente a Polonia, la selección española regresaba a una final olímpica. Esta vez el rival sería la Camerún de Samuel Eto’o. Era una generación que contaba con figuras relevantes en el futuro, caso de Xavi Hernández, Carles Puyol, David Albelda o Carlos Marchena, entre otros. Todo hacía indicar que España se colgaría de nuevo el oro, pues los de Iñaki Sáez se pusieron 2-0 arriba en el marcador. Sin embargo, un auto-gol de Amaya y otro de Etoo llevaron el partido a los penaltis. Allí, el conjunto africano se mostró más acertado, logrando la medalla más valiosa.
La trigésimo tercera edición de la final de la Recopa tuvo lugar en el legendario estadio de Wembley. Tras dejar atrás a 34 participantes, el Parma italiano, entrenado por Nevio Scala, se impuso por un marcador de 3-1 al Royal Antwerp, campeón de la Copa de Bélgica la temporada anterior. Tras un gol por cada bando en el primer cuarto de hora, el Parma lograba adelantarse en el marcador a la media hora de juego, gracias un tanto de Alessandro Melli. A cinco minutos de la conclusión, Stefano Cuoghi sentenciaba el encuentro con el definitivo tercer gol que daba al Parma la primera Recopa de su palmarés.
@SharkGutierrez 20 julio, 2013
Revivir a aquél Parma, es algo que me gusta hacer siempre de tanto en tanto. No porque Nevio Scala fuese un gran técnico (que en mi opinión, lo fue), sino por lo especial que fue. Era un equipo casi sin nombre hasta final de los 80. Llegó Arrigo y lo puso en el mapa de los grandes del Calcio, sin serlo (algo así como el Villarreal). Luego se rodeó de lo selecto, como la buena pasta (entiéndase por esto en ambos sentidos lo de "pasta"). Asprilla, Brolin, Chiesa, Crespo, Verón (no todos pertenecieron a la misma época, claro), etc. Parma representa la historia conclusa y con éxito, que el Villarreal no pudo llevar a cabo, con Riquelme a la cabeza.
1 Recopa, 2 Copa de la UEFA y 1 Supercopa de Europa. Sobre todo, los dos primeros trofeos, cuando la UEFA tenía un valor intrínseco mucho mayor y la Recopa, era el torneo puro de Copas. Esa final en concreto, la ganó a un Royal Antwerp que había eliminado al glorioso Spartak. Un inesperada final en la que Benarrivo, Minotti, Grün, Brolin o Coughi, brillaron con luz propia en donde los focos brillaban más si cabe por emblemático: el mítico estadio de Wembley.