Hoy los partidos no duran 90′, duran mucho más. No sabemos exactamente cuánto, pero sí conocemos perfectamente cómo. Según se acerque la manecilla pequeña del reloj al nueve, las aficiones se irán reuniendo en las cercanías del estadio bajo un único color. Es un momento especial, porque uno deja de estar solo para pasar a estar acompañado. No sólo en número, sino también sentimentalmente hablando. Si uno anima, el resto anima. Si dos cantan, el resto canta. Si tres creen, el resto cree. Y en ese instante, llega el bus. Una marea de gente blande sus banderas y afinan sus gargantas. Algunos lloran porque son felices, otros sudan sin tener calor. Es emocionante, incoherente e impactante; es puro fútbol. Ahora los héroes, sus héroes, saben que no están solos y el trencilla, de forma simbólica, ya puede dar el pitido inicial.
La lucha por evitar el descenso concentra muchas miradas.
Tras la salvación de Osasuna y Granada, sólo hay un puesto de permanencia al que aspirar. El Mallorca es el que más lejos lo tiene, pues sus cuentas involucran a tres equipos: además de ganar, debe perder el Dépor y que no ganen ni CeltaEl Celta espera un pinchazo de su gran rival ni Zaragoza. Por si fuera poco, se enfrentarán al Pucela sin Hemed, lesionado de gravedad, ni Gio dos Santos, convocado por México. Un poco menos complicado lo tiene el Real Zaragoza, que debe esperar que ningún gallego se lleve los tres puntos. El «Zaragoza no se rinde» volverá a sonar con fuerza en La Romareda para recibir al Atleti, pero los tres pinchazos consecutivos han frenado su espíritu de remontada. Hoy confían menos que ayer, pero dos goles lo cambian todo. Uno de ellos, también le beneficiaría al Celta de Vigo. Después de estar al borde del abismo, les vale la victoria si sus rivales de Coruña no vencen a la Real Sociedad. No es un imposible, sobre todo porque el Celta recibe a un Espanyol que, una vez salvado, ha dejado de presionar al ritmo impuesto por Aguirre. Para añadir aún más emotividad, Balaidos vivirá su último recuerdo con Iago Aspas y el primero con Rubén Blanco. Casi nada.
Al final, la lucha por el descenso dependerá de lo que suceda en Riazor en un duelo que también involucra directamente a la Champions e indirectamente a la Europa League. Aunque haya más, la única cuentaLos ches irán a Champions 100% seguro si ganan que manejan los deportivistas es bien simple: si ganan, son equipo de Primera. Un escenario que hace unos meses hubieran firmado, pero al que no han llegado en su mejor momento. Suceda lo que suceda, el partido dejará varias imágenes para el recuerdo y una para la historia: Juan Carlos Valerón se retira. Él, que es el Dépor en sí mismo, tratará de dejar al club en el sitio que merece. La tarea, evidentemente, no será fácil. La Real Sociedad, pese a haber perdido la iniciativa, sigue buscando la Champions con todos sus titulares disponibles por primera vez en muchas jornadas. El valor del gol de Xabi Prieto en el minuto 93 ante el Real Madrid obedecerá a lo que suceda en el Pizjuán, donde un Sevilla que depende de sí mismo -y del TAS- para meterse en Europa recibe al Valencia. Será el otro gran partido del día. Unai Emery, tras clasificar durante tres años a los ches para la Champions, puede evitar que su ex-equipo logre su objetivo mientras él consigue el suyo. El Soldado más goleador que se recuerda quiere eludir esta irónica situación con una victoria que sería la quinta consecutiva y supondría garantizar la cuarta posición, amén de dar opción a Getafe (@Granada) y Levante (vs Betis) de entrar en Europa.
A las 23:00 todo habrá cambiado. Nada será igual.
A diferencia del comienzo, lo que suceda después de que el árbitro decrete el final de estos partidos no será un ritual común. Y así debe ser. Unos ganan y otros pierden. Es innegociable. Si no, lo de hoy no se viviría con la piel de gallina, el estómago en la garganta y el corazón en un puño. Los que venzan emprenderán una marcha triunfal hacia las plazas y fuentes más emblemáticas de la ciudad, en lo que será el comienzo de una noche llena de apretones, abrazos y alguna que otra bebida espirituosa. No estarán de más; se las habrán merecido. Para los que cayeron, será todavía más larga. Tanto como más de dos meses sin fútbol; tanto como diez domingos sin ver a tu equipo. Porque esto se acaba ya y, aunque hoy pueda no parecerlo, lo maravilloso del fútbol es que siempre te da otra oportunidad.
SergioMartin91 1 junio, 2013
Muy bueno el artículo Miguel.
"Novanta minuti puonno essere molto longi": Todo se resume en 90 minutos,pero esa hora y media, como tu citas en el artículo, puede alargarse según lo que pase en el rectángulo de juego y, a la vez y como suele ser costumbre, todo lo que estamos pensando y todo lo que una grada pueda imaginar, puede cambiar en un instante. Para mí es el momento de que jueguen los más experimentados, ya que saben desenvolverse mejor en este tipo de partidos, y los nervios pueden jugarte una muy mala pasada. En cuanto a los partidos, no me puedo aventurar a decir lo que va a pasar en ninguno, ya que, a mi personalmente y a pesar de lo que se juega el rival, no me cabe duda de que el Espanyol competirá, el Valladolid querrá despedir a Djukic como se merece, este Atlético de Madrid no se deja llevar desde que está el Cholo aunque cuenta con la baja sensible de Falcao, y la Real Sociedad va a salir con el cuchillo entre los dientes teniendo en cuenta que se juega la Champions. A pesar de que todos los que se juegan el descenso juegan en casa, yo me estoy planteando seriamente la posibilidad de que no gane ninguno de ellos, como máximo uno o dos,uno de ellos el Celta aunque puede que no pase.
En cuanto a la lucha por Europa, a mi me da la sensación y, en contra de lo que había pensado hace unas semanas, de que es para el Valencia, el último mes del equipo después de perder en Anoeta es de nota, no solo son las sensaciones que transmiten a nivel de juego sino a nivel de seguridad en lo que hacen, creo que el parcial de 10-0 en las últimas cuatro jornadas lo dice todo, no obstante, veremos que papel juegan los nervios en el equipo de Montanier y en el equipo Valenciano, ya que, como digo, en un minuto cambia todo.