El pasado es una carga que, dependiendo los ojos con los que se le mire, nos eleva, ligeros, contra la fuerza gravitatoria, o nos hunde, pesados, hacía el duro suelo. El Calcio es el rincón del pasado. El italiano es mitómano. Le gusta contar leyendas y se enorgullece de las batallas de otrora. Henchido de orgullo, el Calcio es capaz de convertir, una vez pisan Europa, a Balotelli en Gullit y a Vucinic en Boniek. No lo son ni lo serán, pero el efecto de ligereza con el que el gran pasado envuelve a los suyos del hoy, alza en hombros de gigantes a aquellos que no tienen alas. Es el encanto del fútbol italiano. Convertir la nostalgia en el arma más poderosa del presente.
Es así para todos, menos, obvio, para el Inter de Milán. Los neroazzurro vuelven la vista atrás y las viejas tardes de gloria son cadenas. El Inter, triste, recuerda con frecuencia a su equipo más grande, pero lo hace con dolor, con culpa, convirtiendo la memoria en maldición. El Napoli, en cambio, sueña cada domingo con Diego. Lo ve en las nubes y en el cielo. Es capaz de imaginárselo en Lavezzi. Y ese Diego omnipresente es su más grande fuerza. Su recuerdo les hace creer capaces de derrotar al norte, tal y como una vez lo hicieron. Algún día soñarán con conquistar el continente. El empate mañana los clasifica. Si el Inter pierde, Europa sólo será vista en recuerdos.
sergio 5 mayo, 2013
Partido muy interesante el que se va a vivir hoy por la noche en el estadio de San Paolo y que decidirá el futuro en el más corto plazo del Inter de Milán, veo como favorito al Napoles ya que juega en casa y parece que Cavani a vuelto por la senda goleadora, y me parece fundamental que el Inter no se precipite, ya que el Napoles al contraataque te mata, y sepan jugar el partido con cabeza, la doble C (Cambiasso y Cassano) se me antoja fundamental en este aspecto, así como la aportación goleadora de Palacio. Esperemos que Ricky Alvarez esté como tiene que estar para un partido de esta exigencia.