Diez segundos | Ecos del Balón

Diez segundos

Cuando pienso en Iturbe siento vértigo. Lo imagino en carrera imparable, aumentando de velocidad mientras deja atrás obstáculos, y con la sensación de que el campo se inclina y el va cuesta abajo y en patines, directo al gol. Su fútbol es de aquéllos que elevan el pulso, que abren los ojos y te hacen contener la respiración. Recibe la pelota y sabes que vas a tener diez segundos de emoción y suspenso. Estéticamente, no resulta llamativo. Se encoge y su zurda no ata el balón, aunque este le obedezca. Nadie se la quita, rompe para un lado, para el otro, quiebra y la tira larga, tanto que parece que no la alcanza hasta que enciende el turbo y en una ráfaga se va de todos.

Todos lo vimos presentarse, de azul y celeste, en el torneo de Neymar. Impresionó. Su slalom todavía estaba fresco en la memoria, porque no es suyo, sino que es prestado de aquél otro argentino. En la Libertadores apareció como tornado, muchas veces entrando en las segundas partes, y llevó a su equipo a las semifinales. Tenía 18 años y Pinto da Costa viró su vista hacía él. Más rápido que todo el mundo, lo firmó para su Porto creador de estrellas. Tras año y medio en el que jugó poco, llegó cedido al River Plate de Ramón Díaz. No descosió el fútbol, pero su gambeta seductora emocionó más de una vez al Monumental. Vuelve al Porto. La caja registradora espera con ansías.

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Como hincha y profundo seguidor de River, puedo afirmar que la tarea de Iturbe es, hasta ahora, un aprobado. Las espéctativas que teníamos luego de verlo fracasar estrépitosamente en el Sudamericano sub-20 de este año, eran bien bajas.
De a poco, y como revulsivo en los 30 minutos finales de los partidos, fue ganando lugar en la consideración del espectador promedio. Es claro que su velocidad y su capacidad de centrar son brillantes, abrumadoras. Pero carece completamente de lectura del juego. Un enganche de más, una diagonal cuando la jugada pedía desborde, un remate al arco en posición incómoda, y lo que ha sido lo más recurrente: La exageración en el traslado del balón.
Repito, su campaña es apenas un aprobado, veremos en el sprint final del campeonato (Faltan 4 fechas y estamos a 3 puntos del líder Newells) si se convierte en un Alexis Sanchez o se va sin dejar la más mínima huella en el club.
Que el jugador no se ha desarrollado es una evidencia. Sigue siendo el mismo de Cerro Porteño, con la misma discontinuidad y los mismos defectos. Sus condiciones yo creo que son objetivamente fantásticas. La conducción de Iturbe es muy rápida y muy precisa. Lo es pero a lo bestia, es tremenda. Y luego es un tipo que ejecuta con mucha velocidad -lo que es el chut y tal-. Se saca soluciones rápidas. Pero le falta.

Creo que el Porto tenía previsto que el chico llegase preparado para sustituir a James y... no ha llegado a tiempo.
Está confirmado que no se renueva el préstamo?

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