Cuando Abel Resino sustituyó a Javier Aguirre al frente del Atlético de Madrid, lo tenía muy claro. El 4-2-4 colchonero había mutado en un 5-5 larguísimo que dejaba a la zaga expuesta y al area propia en subasta. El toledano argumentó que el equipo jugaba muy cerca de su porteria y como consecuencia, recibía multitud de ocasiones en contra y un número de penaltis impropios de un aspirante a jugar la Copa de Europa. Siendo el objetivo del actual Celta de Vigo bastante más urgente, las intenciones del míster no difieren demasiado. Con aquel Atlético fue más fácil pues la materia prima era sensiblemente mejor y el reto muchísimo más estimulante. Las circunstancias que viven en Vigo son el contrapunto. La aguja a enebrar es tan pequeña como punzante y la puntada sin hilo cuesta tan cara como dolorosa resulta.
La reacción ante los problemas suele ser igual ante cualquier reto: recuperar solidez.
En la capital consiguió la meta, acercando a lateral y extremo, a central y mediocentro y alejando a todos del guardameta, jugando con la presión, grupal y adelantada, y trabajando el fuera de juego. Con el Celta buscaEn el primer tramo, el Celta de Abel Resino llevó el guion, como su homólogo deportivista, «algo así» la suma de las piezas, orden defensivo y desorden veloz tras el robo, pautas que está en vía de conseguir. La visita del Real Madrid vino precedida por otra declaración de intenciones de Resino: «hay que evitar sus contras; son mortales». Los merengues han enderezado su autoestima, traducida en confianza para afrontar las fechas más trascendentes, pero aún tienen un gran margen en cuanto a la solidez de su fase ofensiva, de extrema fiablidad en 2012. Abel lo tuvo claro y en los primeros veinte minutos se jugó a lo que quiso. El Celta jugo bien. Primera orden que lo justifica: fuese Varas en saque de puerta, Demidov tras el primer pase de Túñez o Borja Oubiña recibiendo del noruego, el balón tenía que botar en campo rival, es decir, salida en largo. Razón: comenzar el partido sin perder la pelota, sin buscar la ventaja por raso. Entre las dudas de Albiol y que los celestes jugaban unidos y de cara al despeje blanco, Resino había articulado un contexto premeditado; el Celta quería jugar así y estaba jugando así. Jugaba en campo contrario, no perdía la pelota y el Real Madrid quedaba desconectado de su caballería.
En los momentos de defensa posicional tiraban el fuera de juego y cedían la recepción exterior, regalando las bandas. Hasta que el Madrid se dio cuenta, lo invirtió todo a Modric y Ozil. El croata jugó en zona izquierdaUna vez el Real se soltó, Los de Vigo no podían salir de atrás, saludando a Marcelo y Cristiano para despedirse de ellos vía Callejón y Mesut, con una basculación local ciertamente tardía. Ahí también había orden de Abel, pues Lago se pegaba a Túñez y con iniciativa de sumarse a cerrar recepciones interiores del alemán. Hasta ese momento Karim cayó varias veces en zona de Filippo, y Callejón y Essien no terminaban de habilitar la reclamada amplitud en determinados momentos. Sobre el minuto 24 los de Mourinho dieron la palmada y empezaron a moverse. Khedira tiró su diagonal compensatoria por delante de Michael, Benzema encaró el pico del área con continuidad y consiguieron terminar la primera parte a un nivel merecedor de gol. Para ese momento los blancos finalizaban cada posesión y el Celta se olvidó de salir. Lo había hecho a través de Iago Aspas hasta ese minuto 20′-25′, un delantero que en Vigo es el faro y en el fútbol es un proyecto maravilloso. Con las necesarias distancias, es Wayne Rooney, una comparación que más de una vez han hecho mi sabio compañero Rojas. Estira, detecta, acude, se para y arma el taco. Es que es impresionante.
Principio y final celeste. Entre medias, un buen Madrid. Pero volvió a sufrir.
Desde el banquillo, el portugués lo vio bastante claro y acertó. El Celta había claudicado al borde del descanso, con autopistas por las bandas y una defensa del lado débil que explica bien su posición en la tabla. Ahí hay mucho trabajo y poco tiempo, y el sufrimiento es el resultado de juntar ambos. Mou sacó a Xabi, lo ubicó en zona izquierda para cambiar sobre un Essien ya proyectado, Modric se juntó con Ozil, y Cristiano e Higuaín formaban una tijera sobre la línea defensiva. Los locales no se habían adelantado en el marcador y todo estaba abierto para jugar a contragolpearse (siendo la primera parte de igual intercambio de combinaciones sobre los porteros). En estas nuevas, Alonso salió erguido pero tiránico, ejerciendo un impacto notable en el encuentro (cuando juega así…) y Cristiano pisó zona de castigo para omar delantera por dos veces. Entre medias y después, Balaídos fue Old Trafford y el Celta se fue a a la zona de bayonetas sin mirar atrás. El Madrid volvió a titubear excesivamente con marcador a favor, dejó de nuevo la pegada en nada y se equivocó en la gestión del resultado a través de la pelota. Entre eso y el balón parado, los blancos tienen su principal desagüe en el futuro. Y en abril, aguas mil.
Abel Rojas 11 marzo, 2013
Me pareció un partido muy incompleto pero muy positivo para el Madrid.
Llegando de Old Trafford, traca física y mental de narices, con rotaciones importantes y a 13 puntos en Liga, creo que no era ni lógico ni justo pedirle un encuentro de máxima concentración. Los jugadores que tenían eso en ese momento. Era imposible. Y contra un rival en puestos de descensos que jugaba en su casa, lo normal es que durante el arranque del partido fuera totalmente superado en cuanto a ritmo.
Sin embargo, a los 15 minutos el Madrid ajusta su ataque y empieza a fluir. Callejón y Ronaldo dejan las bandas, Özil y Benzema empiezan a caer respectivamente a derecha e izquierda y el ataque del Madrid pasa a ser no sólo de calidad y gran ritmo, sino por muchos momentos brillante. Casi todos los jugadores sumaban extras, y en especial tipos como Marcelo o Benzema daban una imagen bastante optimista.
En la segunda parte con el 1-2 el chip del Madrid es repliegue + contra, pero entre que mentalmente no estaban para competir, que el Celta tiene calidad y necesidad y que el cuarteto defensivo era Pepe-Albiol-Alonso-Modric, con Essien y Marcelo de laterales… pues lo pasó muy mal. Pero se llevó los 3 puntos, que en cierto modo eran si no necesarios, sí muy positivos.
Creo que, con lo que había, ayer fue una jornada redonda para el Madrid.