Para valorar la andadura real de un nuevo proyecto futbolístico se suele utilizar aquello de los 100 primeros días. En el caso de un entrenador que llega tras el despido de un compañero, mandan más las sensaciones, los ajustes y las caras nuevas que cuentan con la confianza del nuevo míster. Rafa Benítez debutó un 25 de noviembre ante el Manchester City. Casi 100 días después el particular calendario de la Premier League, de configuración asimétrica, quiso que cumpliendo tres meses en el banquillo londinense, el español se las viese con Mancini. En todo este tiempo, Benítez mejoró algo las expectativas, aunque sin brillar en exceso. Con el paso de las fechas, el Chelsea ha quedado totalmente descartado de la lucha por el campeonato y tiene por delante el secundario estímulo de la Europa League y una FA Cup con el United esperando en cuartos de final. La cuarta plaza y dos competiciones coperas suman tres frentes abiertos cuyo nivel mostrado sobre el campo no parece descabellado que firmara uno solo y bien cerrado.
Chelsea salió con mucho físico pero poco nervio.
Sobre el tablero mucha miga y más paja que grano a la hora de separarlos. El técnico madrileño ha venido utilizando al Luiz centrocampistaRafa Benítez se decantó por un 4-4-2 reactivo y Azpilicueta como futbolistas más relevantes en sus primeras semanas. Sobre el Etihad, Ivanovic ocupó el flanco diestro y el brasileño formó pareja con Cahill en el eje defensivo. Mikel con Lampard y Ramires como volante de refuerzo. Un 4-4-2 inesperado, con Mata y Ba buscando más decisión que posición en la salida skyblue. Dibujo y futbolistas más protagonistas reaccionando que iniciando. El City es un equipo que inicia y junta a los buenos por dentro y con la posición de los puntas, el Chelsea buscó salida exterior en los locales, pero sin morder. Mancini se guardó de la contra rival con futbolistas bisagra. Milner, Zabaleta, Rodwell, Javi García o Yaya pueden cerrar el grifo o abrir la manguera indistintamente.
Cuando los hombres de Mancini dejan de flotar y acompañar, son difíciles de contener. Agüero, Silva y Yaya ganaban la espalda de Mikel y Lampard, jugaban de cara y tras apertura a banda, Rodwell podía cargar área. El alto ritmo y la presión inmediata tras pérdida dieron el mando del partido a los celestes. Cuando el Chelsea juega con Mikel (pivote derecho) ha de jugar con Cahill por detrás. Siempre. Si no, está condenado a defender en los picos del área en inferioridad posicional manifiesta. Lo del central inglés fue una absoluta exhibición de dominio del área y del despeje impoluto en todas sus variantes.
Touré decidió detener el tiempo. Detalle asombroso en el gol. Magia.
Al descanso el Chelsea se fue sin tirar a puerta y con la sensación de que de no ser por el mencionado bicho Cahill, hubiéramos hablado, o de laCahill dio vida a su equipo en la primera parte consecuente exhibición de Cech o del resultado final con 45 minutos de adelanto. También cuenta que Agüero es tan bueno jugando como irregular viendo puerta; todo suma. En la fase que queda por contar, el Chelsea contragolpeando naufragó. Era esperable, y al filo del 35’ Benítez tuvo que ordenar permuta entre Hazard y Mata, situándose el belga en paralelo a Ba. Con el asturiano de punta, el Chelsea no tenía gestor del robo y la salida quedaba en manos de Ramires, de mucha pierna y poco pie. Alguna cabalgada de Demba Ba fue de lo poco profundo de los blues. De vuelta al campo, Hart hizo concretas las críticas de Mancini sobre su rendimiento, para después detener el lanzamiento del incombustible ‘8’. Gritó Joe y se tapó Roberto.
La parada del rubio espoleó al City y a un tal Yaya Touré. Mediante un control de balón absolutamente “zinedinesco”, con un amago corporal para orientarse sobre la media luna, se adentró por fuera, dejó en estatuas a Lampard y Mikel y la puso pegada al palo. Un notable nivel del costamarfileño tiene por costumbre abrir el debate y tenerle en cuenta para el podio de los mejores; cuando hace cosas así, personalmente creo que queda cerca de cerrarlo. Benitez dio entrada a Oscar, Moses y Torres. El City cedió la pelota y Mancini llamó a Tévez. La armó. Su incorporación multiplicó el vértigo y la grada comenzó a bramar como sólo se escucha en las islas. Zapatazo y final.
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El centrocampista volador
@DavidLeonRon 25 febrero, 2013
"Un notable nivel del costamarfileño tiene por costumbre abrir el debate y tenerle en cuenta para el podio de los mejores; cuando hace cosas así, personalmente creo que queda cerca de cerrarlo"
Yaya es un jugador de verdad, grande. Con sus defectos (es un futbolista anárquico y eso perjudica a ciertos niveles), pero con su increíble nivel y competitividad. Recordad al City en el Bernabéu siendo pasado por encima, con algunos de sus compañeros dejando bastante que desear… y el tío casi te gana el partido solo.
Es una bestia imperfecta.