Si bien la grandeza del AC Milan ni se pierde ni se discute, hay que reconocer que sus últimos pasos llevan casi siempre un puntito, digamos, excéntrico. Fichar a Ronaldo en su peor momento físico en Europa, pagar 25 millones de euros por Ronaldinho en 2008 o jugársela por Cassano son buenos ejemplos. En ese sentido, la llegada de Mario Balotelli tiene su lógica, pues obedece a una línea predefinida. En Milanello consideran que el talento merece la pena aunque surja dos veces al mes. Con la esperanza de que su amor por la casa le centre, retorna a San Siro la única cabeza que Jose Mourinho no pudo domar.
Todavía andamos enfrascados en la duda: Balotelli; ¿tiene talento o es un puñado de excelentes condiciones? Pese a que la Eurocopa del pasado verano confirmó el poderío de sus capacidades, el juego azzurro era cosa de otros: Andrea Pirlo y De Rossi pensaban y Cassano desequilibraba en las zonas calientes. El Milan va mucho más corto de calidad. La reciente lesión del infravalorado De Jong ha dejado al centro del campo rossonero con muy poca materia prima. Ambrosini es sólido sin la pelota pero con ella le pesan los años. Nocerino es un futbolista de ida y vuelta y Montolivo, pese a su técnica, desespera por intrascendente. Todo esto importaba menos cuando arriba estaba la solución a todos los males: Zlatan Ibrahimovic.
El genio sueco ofreció lo mejor de su carrera en un Milan que, sin quererlo, nació para él. Allegri respetaba de pleno su anarquía partiendo al equipo en dos bloques de una manera casi imposible de verNo tener a Ibra, un drama para los milanistas en cualquier otro sistema moderno. Cuando los milanistas recuperaban el balón, la salida era muy clara: balón largo a Ibrahimovic y este hacia la pausa de Robinho o la dinámica de Boateng. De este modo, permitían el desembarco de Nocerino y compañía en terreno rival. Con la venta de Ibra al PSG, esa opción se ha esfumado. El remedio que mejor le ha funcionado al entrenador italiano ha sido el de colocar a Robinho de «nueve», abarcando todo el carril central e involucrándolo mucho en la elaboración. Un poco estilo Messi podría decirse. A su derecha, un Boateng creciente en términos de juego, con el que permuta frecuentemente. Reclamar constancia a la figura de Robinho en 2013 es complicado, y en parte la contratación de Balotelli se explica alrededor de la situación del brasileño.
Balotelli debería ser importante tácticamente en el nuevo Milan
Con SuperMario, el Milan recobra una referencia poderosa en punta. No es un especialista, pero es muy capaz de hacer de boya durante varios minutos. Eso sí, su sensibilidad para soltarla dista de la de Zlatan. El otro problema puede venir de su química con El Shaarawy. Balotelli no va sobrado de movimientos hacia las bandas, no libera espacio, mientras que el italo-egipcio es una chincheta que recibe fuera, encara y marca. Suena todo demasiado rígido, y Allegri exige alternancia a sus atacantes para sorprender. Es el lado negativo, que pinta soportable a cambio de rescatar el pelotazo salvador que tanta vida dio en la etapa Ibrahimovic. Se Saltelli, Segna Balotelli (si saltas, Balotelli marca) era el cántico predilecto de los aficionados hacia el díscolo delantero; un cántico convertido en profecía rojinegra.
@SharkGutierrez 2 febrero, 2013
A mi Balotelli es un jugador (que como tal), me deja indiferente. Sus problemas de autocontrol, de falta de disciplina o de querer llamar la atención tanto dentro como fuera del terreno de juego, me parecen que le ha hecho pisar mal en su comienzo de carrera. Es un futbolista que por condiciones lo tiene todo (o así me podría recordar) al Adriano bestial que llegó al Inter. Altura, potencia, velocidad, disparo y llegada.
En pura opinión personal: no dudo de su capaz ni de su potencial, pero es un futbolista que mentalmente es indomable. Como un talento desaprovechado en la irregularidad, como tantos otros futbolistas que lo tienen. ¿Lo único que quizás pueda calmarle? Vestir la rossonera. Una ciudad y estadio que conoce vistiendo otra camiseta, se sintió rebelde. Cuando Mancini se lo llevó, siguió siendo un rebelde. ¿Será rebelde con las franjas rojo y negras? ¿Cambiará la dinámica e influirá en el equipo como lo hacía Zlatan? Yo, lo dudo mucho.
Eso sí, hay quien le tiene una fe desorbitada por lo que se vio cuando llegó a donde Mourinho para demostrar su desparpajo. Yo, personalmente, soy de los que piensa que la palabra "regularidad" no se inventó para él y empiezo a pensar que la palabra "madurez" o "disciplina" o "profesionalidad" tampoco. Muy típico en los grandes magos del cuero.