El partido no sirvió para despejar ninguna duda. No era la vara de medir para ninguno de los dos equipos ni termómetro que tomara una temperatura concreta. El Atlético, con su entrenador metiendo voces desde la banda durante más de un año ya, mantiene la compostura como sólo el proyecto del 96, del que formó parte el míster y el director deportivo, ha estado a la altura en más de dos décadas. El semblante que muestra en el presente es de tal fiabilidad que si emitiera bonos de deuda, el interés sería tan bajo como el riesgo de cobrarlo. Enfrente, el Betis de Pepe Mel, que no es otra cosa que la culminación de un proyecto, de una afición. La marca Betis Balompié transpira una competitividad casi desconocida si no fuera por la gracilidad de aquel verde y blanco de Oliveira, Joaquín y Juanito fechado en 2004 y coronado en el césped del propio Vicente Calderón. Menos seductor que aquel, igualmente adaptado a su realidad: Mel ha logrado que, si hace falta, sus hombres se afeiten sin espuma.
Primera parte rojiblanca. Siempre le sale el guión en el arranque.
La primera parte fue una fotocopia de los últimos partidos ligueros de los colchoneros como locales. No deja de sorprender, aún así, al observar cómo interpretan cada salida de vestuarios.Tras robo, el Atleti es todo Arda, Filipe Luis y Diego Costa El Atleti no presiona la salida frontal sobre los centrales, pero lo hace con las líneas casi solapadas y se transforma cuando el pase acude a una posición exterior. En ese momento, el jugador muta en autómata como si oyera un silbato imaginario y asfixia el balón y sus aledaños, sin reservas. En realidad, es como si las porterías estuvieran en tribuna y no en los fondos, y el Atleti presionara frontalmente; una hiperactividad de la que aún hoy en el Manzanares no se conoce visitante triunfador y que tuvo en Gabi, una vez más, a su exponente más brillante. Así nace la superioridad, desde la esencia más reconocible. Tras robo, con balón es todo Arda, Filipe y Diego Costa. Hoy, ahora mismo, es el signo de una suma: Diego Costa traza la vertical y se la lleva hasta la grada del fondo con total impunidad, como un subrayador, una y otra vez. La horizontal es turca, que frena y acelera. La banda izquierda genera todo, convirtiendo la rutina de marcar primero en garantía de templar. Fruto de la enorme confianza local, el Betis cambió el guión alrededor del minuto 14-15. Simplificó el juego, no tanto con balón largo, sino con envíos rasos pero más verticales sobre el apoyo de Molina. Le sirvió. Se pudieron contar siete faltas laterales que el equipo andaluz usó como discurso hasta el descanso, pero se encontró con el mejor Courtois de la temporada.
Pepe Mel pensó en el descanso. Cuando Pepe Mel piensa, el Betis existe. De hecho empezó a comparecer con varios cambios superpuestos a lo largo de los segundos 45 minutos.Simeone y Pepe Mel movieron el banquillo con mucho acierto Sentó a un desaparecido Vilarchao, transformó su 4-2-3-1 en un 4-4-2 en ataque organizado, con Rubén Castro en doble nueve con Molina. El canario partió de extremo izquierdo y Simeone puso a Raúl García por delante de Juanfrán, saliendo una vez más ganador. Y por último, el técnico bético otorgó una ubicación fija, abierta y a gran altura a Joel Campbell en banda izquierda, a pie cambiado, nacido en la diestra en el inicio del encuentro. El dominio no fue del todo real, pero el Atlético se cayó con el paso de los minutos. Mel liberó a Castro de la fortaleza zurda de Filipe y Turan, pero sin invertir el lado fuerte de su ataque en el día de ayer. Castro siguió enfocado al lado débil, pues la recuperación en primera parte le quedaba ajena y, con la reubicación de Campbell, el Betis juntaba al caribeño con Nacho, y Nono y Rubén quedaban parados para traducir el desequilibrio. Tras esta nueva configuración, Mel aceptó domar la pelota (marcador en contra y minimización de las virtudes rivales) y el Atlético quedó en una suerte de frontón competitivo ante centros laterales y posesión permanente en el rival. El Betis, paradójicamente, se encontró con el belga. Y de amarillo, porque la sensación es que maldito el momento en que tuvo que encontrarse ante la mejor versión del guardameta.
Respondió el Betis. Aceptó tener el balón pero no encontró la red.
Definitivamente, la calidad marca las diferencias. También las estructuras tácticas. Y, aunque el Betis mereció ilusionarse con un resultado mucho más favorable, las oportunidades no se repiten a cámara lenta. En las reacciones y en la personalidad con la que se llevan a cabo radica la salud de un equipo. Visto en directo, son dos equipazos. Por eso la eliminatoria está abierta. Si al Betis, elevado emocionalmente por la magia del Villamarín, le entra la primera, el pase a semifinales no será un partido de fútbol sino muchísimo más. No hay que olvidarlo: es un equipo que tiene un entrenador que es prudente cuando hay que serlo, pero interiormente desprende un carácter ganador que le impide conformarse. Van a luchar hasta el final por soñar con el himno, el cual no hace falta apellidar. Gano el Atleti, sueña el Betis Balompié.
@Miguelverdugo9 · hace 639 semanas
¡Lo de Diego Costa ayer fue muy bárbaro!
@migquintana · hace 639 semanas
@Miguelverdugo9
Comentaba en twitter que Simeone, en rueda de prensa, siempre encuentra buenas palabras para Diego Costa. Le pregunten por él o no, al final termina elogiando su trabajo y su valía dentro del equipo. Y, bueno, sea la gallina o el huevo, el hecho es que está respondiendo con creces. Se agadece. Crack.
Abel Rojas 130p · hace 639 semanas
Hay algún nombre?
Qué ha pasado con Vadillo? Se ha apagado totalmente?
@Miguelverdugo9 · hace 639 semanas
Parece hecho lo de Guillermo Molins. Extremo derecho del Anderlecht. Por lo que le he visto, jugador más técnico que rápido, lo que repercute en sus desmarques al espacio. Escasos. Buen disparo de media-larga distancia . Es un prototipo de extremo diferente a lo que ya tiene Mel. La gran duda, su físico: 7 partidos en dos temporadas por culpa de las lesiones.
En cuanto a Vadillo, parece que ya no bajará más a jugar con el filial, pero el chico todavía está muy verde. Aún así, seguirá contando con minutos; los necesita para que su juego madure. Creo que en él se esconde un gran futbolista, pero la realidad a día de hoy es que aún le queda.