El delfín de Ancelotti | Ecos del Balón

El delfín de Ancelotti


Hubo un tiempo en el que Italia miró al regista como algo tan exclusivo y apasionante que lo integró en su estatuto cultural hasta el punto de convertirlo en símbolo de admiración y protección. Eran los años 60 y el Calcio asimilaba su identidad: catenaccio, potencia competitiva, astucia y victoria, sobre todo, victoria. En ese caldo, el mejor bocado era el regista. Su figura tan particular se ganó el blindaje del periodismo, el aficionado le compuso canciones y los clubes italianos no dejaron plan de juego sin uno de ellos. En cierto modo, la silueta del regista emitía el más feroz destello de belleza, su plasticidad, su sintonía con la pelota, su clarividencia… E Italia siempre se dejó atraer por lo estético, por mucho que conceptual y colectivamente las líneas maestras de su juego propusieran lo contrario. Por eso, los registas puros fueron tan pocos y tan queridos. Antes y después de la Segunda Guerra Mundial, ya Adolfo Baloncieri (Torino), Juan Alberto Schiaffino (Milan) y Humberto Rosa (Pádova) anticiparon desde el vértice más retrasado del centro del campo la naturaleza del regista. Sin embargo, fueron los años 60 la época dorada: Luis Suárez (Inter), Gianni Rivera (Milan), Humberto Maschio (Atalanta), Giancarlo de Sisti (Roma y Fiorentina)… Todos eran la brújula en el centro del campo de sus equipos: distribuían en corto y en largo, dominaban la posición, leían las claves del juego, marcaban la pauta, eran futbolistas superdotados en lo técnico y que habitaban la franja central liberados de los esfuerzos. Y así Italia vivió pendiente de ellos hasta que el fútbol cambió, el regista perdió autenticidad, el físico y el pressing de los años 70 y 80 convirtió al mediocentro posicional en otra cosa menos señorial y cerebral, y la demarcación se recicló… Quedaron, en Italia, casos testimoniales, como Paulo Roberto Falcao o Agostino Di Bartolomei que ejercieron el papel en la Roma, pero el regista puro dejó de ser una norma en el Calcio.

La figura del regista fue perdiendo importancia en el Calcio hasta la aparición de Pirlo

Entonces, en ese vacío, aparecieron ellos: Carlo Ancelotti y Andrea Pirlo. La conjunción de ambos reactivó la figura del regista e Italia se volvió a acostumbrar al mediocampista central, lucido, conexión entre los hemisferios del equipo, elegante, omnipotente, base y lanzadera de ataques… La Italia contemporánea se ha acostumbrado tanto al puesto y a su actor principal que no hay idea más espantosa que imaginarse el futuro sin Pirlo. ¿Qué será de ellos? ¿Es posible fabricar uno? ¿Significará un nuevo declive de la posición? La cosa recuerda un poco a la búsqueda perenne del heredero de Maradona en Argentina. Parecido. Pirlo no ha sido el mejor futbolista italiano de los últimos 30 años, pero sí el más importante en términos de impacto. Pocos jugadores han sido capaces de marcar el ritmo de juego de sus 10 compañeros y de sus 11 rivales. Pocos han influido en tantos metros del campo recorriendo tan pocos. Pirlo ha sido durante años la piedra filosofal del Calcio. Quien lo tuvo, no retuvo siempre el éxito, pero sí los secretos más cercanos a él. La Juventus de Conte nos lo expone actualmente. Su historia es sobradamente conocida: trequartista y segundo punta de origen, Carlo Mazzone, técnico del Brescia, descifró sus condiciones técnicas, motrices y teóricas y lo retrasó al vértice central para no solaparlo con Roberto Baggio. Luego, llegó el Milan. Y al Milan llegó Ancelotti.

Ancelotti se encontró un Pirlo mustio, infrautilizado por Fatih Terim. Tardó en darle cuerda, pero pronto comprendió que en Pirlo residía la viga maestra de un equipo ganador de dos Copas de Europa. Construyó un sistema en base al Pirlo mediocentro, arropándolo, restándole esfuerzos y brindándole talento ofensivo unos metros por delante.Dibujo al margen, el PSG de Carletto Ancelotti concede una gran importancia al regista Entre ambos, garantizaron la supervivencia del regista. Ancelotti tiene entre manos ahora el Paris Saint-Germain más lujoso de la historia y su proyecto comienza a rodar amenazando los centros de poder clásicos en Europa. El PSG está jugando bien en líneas generales, pese a que su último resultado en Oporto habla aún de un equipo precoz y en progresión. La Champions y un rival como los lusos son otra vara de medir. Pero ese estado embrionario le viene bastando para dominar Francia. De momento, a falta de encontrarse con la elite nacional en el calendario, el juego y las victorias se corresponden. A Ancelotti comienzan a encajarle las piezas y como elemento aglutinador ha recuperado el estilo y los principios que debió aparcar en el Chelsea, condicionado por el club y el contexto de la Premier: el diamante central que tanto éxito le dio en Milán o su alternativa del 4-3-2-1. Pero nada como el peso del regista en su plan de juego define tanto al Ancelotti entrenador. Por eso intentó el fichaje de Pirlo. Un telefonazo que Andrea agradeció, pero descartó. Su momento fuera de Italia había pasado. Y Ancelotti, siempre con la intuición afilada, entonces, halló su regista: Marco Verratti, apenas 19 años, sin experiencia alguna en la elite, sacado del Pescara («Il Delfino») de la Serie B por 12 millones de euros, un tarrito de 1,65 metros, unos ojos como platos y a quien el periodismo italiano ya tenía subrayado como el mayor talento joven del país. Alrededor del PSG, se generaron ciertas sospechas sobre Verratti este verano: su relación coste-experiencia, el rol reservado por Ancelotti, su capacidad de adaptación, la pertinencia de una apuesta como esa… En cierto modo, el ruido generado por los fichajes de Lavezzi, Thiago Silva e Ibrahimovic lo sepultó para el gran público. Pero Ancelotti lo mimó en pretemporada y lo encauzó hasta que Verratti asaltó la titularidad y el equipo se revolucionó. En el PSG de los aristócratas, el infante es el rey.

Probablemente, el primer sorprendido del impacto de Verratti sea Ancelotti. Su irrupción le ubica como la base indiscutible de la mejor versión del PSG. Cuando mejor ha funcionado el joven italiano y el club francés es cuando le han rodeado de dos peones interiores, de perfil agonístico y con pasado de mediocentro defensivo:Verratti se encuentra más cómodo junto a Motta y Matuidi que con Chantome o Sissoko en el sector derecho, Thiago Motta, agresivo y solidario, y en el izquierdo, Blaise Matuidi, atlético, gran recuperador y muy ágil tácticamente. Ellos son el mejor abrigo posible hasta ahora para Verratti: le liberan de cargas en la presión, prestan un sólido apoyo en la salida en corto, cierran y abren espacios en base a su posición y dan cobertura a la larga espalda de los laterales. Esta estructura genera un contexto ideal para que Verratti active la habilidosa y productiva verticalidad de Pastore. La magia de Ibrahimovic y la velocidad Menez (a la espera de la esforzada complementariedad de Lavezzi) completan esta mejor partitura del PSG. Cuando Ancelotti le ha cambiado los acompañantes, Verratti se ha resentido: Clement Chantome le roba protagonismo en la posesión y su tendencia a la circulación hace saltar el disco del bajito italiano. Mohamed Sissoko es un apoyo insuficiente y el zurdo Adrien Rabiot (17 años), con buen pase final, disparo y caída a bandas, no responde al perfil de interior sacrificado que exige Verratti. Esta composición del PSG recuerda a los dos mejores núcleos de juego alumbrados por Ancelotti en el Milan. Su fórmula de 2002-2003 tenía a Pirlo de regista, con Seedorf y Gattuso de operarios y Rui Costa cerrando el diamante como lanzadera hacia Shevchenko e Inzaghi. Y la de 2006-2007, repetía con Pirlo, con Gattuso y Ambrosini (o Brocchi) de jornaleros interiores, la doble mediapunta Seedorf-Kaká e Inzaghi arriba. Ambos modelos tienen su reflejo en el PSG de Ancelotti.

Verratti aún es demasiado imperfecto, pierde balones en zonas de riesgo, toma decisiones precipitadas… casi todos estos errores son fruto de un carácter intrépido, demasiado acelerado. Esa es su gran diferencia con Pirlo. No es tan sereno. En Verratti hay algunas cosas de un Gattuso ordenado: su intensidad, su punto agresivo, su anticipación… Verratti también es más dinámico, adaptable a más sistemas y a otras posiciones interiores. No representa la ortodoxia de Pirlo. La comparación le persigue desde hace unos meses y se ha convertido en una cuestión nacional. Los detalles evolutivos de cada cual no frenan esas tendencias.

Antes de estar bajo la dirección Carlo Ancelotti, lo estuvo bajo la de Zdenek Zeman

En las categorías inferiores del Pescara, Verratti surgió como un segundo punta o trequartista. Lo llamaron el «Giovinco Celeste». El Milán lo probó, pero el chico dijo que iba a extrañar el agua azul de la adriática Pescara y se volvió a su pueblo, muy cerca de la costa, Manoppello, para continuar viviendoEn el Pescara surgió como segunda punta, pero Zeman pronto lo situó de regista junto a su madre Lidia y su padre Fabrizio. El Pescara lo fichó del club local siendo aún un niño por 5.000 euros, una bolsa de balones y cinco entradas para un Pescara-Juventus. Juventino de corazón, gracias a su madre y a su hermano, alcanzó el «primavera» del Delfino como un delantero acompañante con sobresaliente pase y visión. Así lo hizo debutar Eusebio di Francesco, el ex centrocampista internacional de la primera Roma de Zdenek Zeman, en la Serie B hace dos temporadas. Tenía 16 años. Di Francesco lo usaba por detrás del punta, pero también comenzó a ensayarlo como regista. Valoró su rango de pase, su excelsa capacidad técnica en la recepción y el golpeo, y lo retrasó, aunque sin continuidad. A Di Francesco lo sustituyó Zeman en el Pescara y, con el viejo bohemio, cambió la historia de Verratti. Zeman no lo dudó: sería su regista. En su inviolable 4-3-3, la ventana más adaptable al talento salvaje de Verratti era esa. A lo largo de su carrera, Zeman se ha distinguido por su sensibilidad con la posición de regista. Casi puede trazarse su cronología completa en los banquillos de Italia uniendo las diferentes figuras que tanto pesaron en su propuesta ofensiva y aventurada, unos con mayores o menores matices defensivos o con mayor o menor alcance y llegada, pero todos registas de Zeman. A Gigi di Biagio (Foggia y Roma) lo elevó dentro del Calcio, de Roberto Di Matteo (Lazio), un mediocentro secundario formado en el fútbol suizo, sacó un internacional italiano, a Antonio Nocerino (Avellino, ahora Milan) le dio el timón con 17 años, explotó a Ledesma (Lecce), destapó al polaco Bastosz Salamon (Foggia) y ahora apuesta por Panagiotis Tachtsidis (Roma).

Zeman pulió a Verratti hasta estabilizarlo como regista. Le instruyó sobre el equilibrio, el juego posicional, mejoró su rango de pase y su fútbol de cobertura… Y así es ahora Verratti: impecable en el juego de cara y en la orientación, gran distribuidor –mejor en corto que en el desplazamiento largo-, dominador del tempo, con una lectura del juego impropia de alguien con dos meses en la elite, habilidoso en los cortes, genial detectando espacios libres y batiendo líneas… juega con escuadra, cartabón y microscopio. Aún le falta medir los riesgos, ganar precisión a distancia… Muchas cosas.

De momento, Verratti habrá pasado por la artesanía de Zeman y Ancelotti, los dos técnicos del Calcio que posiblemente mejor hayan interpretado y amasado al regista moderno. Por eso, en Italia, lo llaman el «Predestinato». Sabemos cuál es el futuro que le reservan, de lo que hablan. La sombra de Pirlo seguirá encendida. Pero estamos ante personalidades muy diferentes. Y eso importa. Pirlo es Pirlo, en parte, por su paz, quietud y silencio. Si Lippi dijo de él que hablaba con los pies; Verratti habla con sus ojos, desorbitados de ilusión, mirando al infinito, capaces de descifrar los códigos de una posición a la que Italia protegerá como si fuera su última alma, como si fueran aquellos años 60.

 

Artículo originalmente publicado el 5-10-12.
 

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Comentarios (16)

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Todavía no tiene los 19 y ya juega como un veterano. A mi también me tiene loco.
Empuja mucho al equipo hacia arriba.

Un saludo
Gran artículo, Chema, de uno de los Pro-Verratti. ^^

Eso sí, discrepo en la apreciación sobre Chantôme. Chantôme, desde el interior, se abre, le da tiempo y espacio a Verratti y le abre líneas de pase. Un jugador dinámico como él en las recepciones creo que le va de maravilla (justo lo que pasaba en Pescara con Gessa y Cascione, con la diferencia técnica con Chantôme, por supuesto), anchos y dinámicos. Motta es más de tirar el apoyo y acercarse, y puede mezclar mejor con Verratti en muchas cosas, pero no creo que mejor que Chantôme cuando el equipo inicia.

@ David León

Este año, coincido con Chema. Ahora, si eres capaz de conseguir y tienes estómago para verte el Pescara - Hellas Verona del año pasado, ahí te enamoras de él y no hay vuelta atrás.
"los principios que debió aparcar (Ancelotti) en el Chelsea, condicionado por el club y el contexto de la Premier"

Esto, Chema, lo enfocas exclusivamente a la figura del regista o al estilo en general? Porque aunque Ancelotti no podía jugar como en Italia, el Chelsea ganó el doblete 2010 con mucho jugador en campo rival y creando ventajas en estático.
Giacomo Bonaventura es otro jugador interesante, que empezó como interior/mediapunta, aunque ha jugado partidos "a lo Pirlo". Es técnico, aunque claro, en la comparación con Pirlo, sale muy lastimado.
Maravilloso texto. En su momento me lo salté por su elevada extensión, pero la profundidad con la que se trata la historia de este futbolista -más o menos desconocido para mí- se agradece. Y todo relacionado con el concepto del regista en el fútbol italiano, cuyo significado desconocía.

Me han entrado unas ganas tremendas de ver el PSG-Oporto de esta noche. Algunas de las piezas que aglutina el Paris Saint Germain me llaman poderosamente la atención, pero la idea de ver a un mediocentro dominante como el que se supone que puede llegar a ser Verratti, en un partido de máximo nivel, me derrite. Si veo atisbos de Xabi Alonso en Marco, probablemente me enamore. Aquellos jugadores que definen (para bien) el estilo de sus equipos desde la mitad de la cancha, siempre serán de culto para mí.
Una pregunta para la comunidad, que similitudes pueden haber en este llamado "regista" y los mediocentro o llamados tambien "4" del modelo barca, hablo de los guardiolas, busquets, fabregas y xavi en las inferiores....
@davidelapena
"Está claro que es un futbolista con muchas más capacidades técnicas que Motta",
tío como puedes creer eso, Thiago Motta es un jugador tremendamente técnico. Al principio (cuando llego al PSG) creía que era sólo un destructor pero a medida que le he visto me he dado cuenta que es un jugador de gran calidad, se asocia, busca el espacio, es lento pero en sus pies el balón transita en su forma más "pura", tiene una buena lectura del juego, es más considero que él o Verratti pero juntos no, ya que son jugadores similares, poner a Motta a lado de Verratti hace que en el otro tercer volante se recargue la tarea defensiva lo cual hace vulnerable al equipo, en cuanto a Chantome es un volante correcto pero no crean que es el tipo de jugador que se pone el equipo al hombro y gambetea contra viento y marea, que da el pase preciso..etc sólo es un buen volante, una buena opción...complementaria

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