Mientras tanto, Feghouli | Ecos del Balón

Mientras tanto, Feghouli


Harán falta más pruebas, pero es posible que Pellegrino, por fin, esté aterrizando en el banquillo de Mestalla. El calorcito de las victorias -tres consecutivas- ayuda a ser optimistas, pero resulta más relevante la forma en la que están llegando. Da la sensación de que el realismo se ha instalado en la cabeza del técnico argentino, que ha tomado consciencia de lo que (no) son. El Valencia superó al BATE desde sus principales puntos fuertes, ocultando el 99% del partido sus graves carencias. Eso es competir.

La tendencia se hizo visible rápidamente. Gago y Tino Costa, de nuevo doble pivote che, trataban de hilvanar como acostumbran, pero había algo diferente. La posición de ambos pretendía ser, de entrada, mucho más abierta, más lateral, como queriendo huir del dúo de mediapuntas bielorrusos. Desde ahí, balón directo entre lateral y central, donde los valencianos tienen a dos de los futbolistas más incisivos de nuestro campeonato. Como ya ocurría en Minsk, Filipenko no daba con el desmarque invisible de Soldado, y esta vez se unía Jonas por el otro perfil. Tras el envío, eso sí, el plan de siempre; pressing hacia delante.

La cosa, eso sí, tardó en arrancar, pero quizás haya que mirar más al buen trabajo del BATE saliendo desde atrás. Los de GoncharenkoFeghouli fue la continuidad en el campo rival arriesgan lo más grande en el inicio de su transición ofensiva, pero cuando juntan tres pases son muy bonitos. Y lo cierto es que los juntan con frencuencia. Hleb aparecía cerca del “cinco”, Likhtarovich, para verticalizar con ahínco hacia el ariete, Rodionov, al que, intuímos, le quedan dos telediarios en este equipo. Se mueve de escándalo. El BATE renuncia a fijar con extremos a cambio de colocar mucha gente cerca del poseedor de la pelota. La profundidad se la confía entera a su nueve. Así pues, los visitantes impedían el robo que tanto ansían Gago, Tino o Soldado. Al Valencia le tocaba proponer en posicional. Y el posicional en este bloque, hasta que Banega diga lo contrario, se llama Sofiane Feghouli. El francés crece y crece. Sus recepciones interiores son el mejor argumento para establecerse en campo rival. Mediante el uno contra uno, dando continuidad o liberando a Joao Pereira. Todo lo que debería hacer y no hace su espejo en la otra banda. Guardado sigue sin enchufarse.

Feghouli suma en estático por él y por un Guardado estéril

En lugar de relamerse con toques vacíos, el Valencia usó su cuota de posesión con intenciones agresivas. El 1-0 es el perfecto resumen, con un Tino en zonas de menor peligro, lanzando hacia el movimiento herida del adversario. Gol. Yendo ganando, la peli es otra. Los de la capital del Turia iban a calcar el desarrollo del choque de la ida. Presión adelantada (como decíamos, el BATE se la juega en cada ataque), transición vertiginosa y conato de goleada.

Tras ceder convenientemente el esférico y protegerse con el giro de Banega, surgió el detalle de la noche. Durante 89 minutos, los del Flaco no sortearon nada. No hubo lavolpianas ni sustos reseñables, más allá de los generados por el buen hacer del oponente. Suficiente para que Gago bajara la guardia y reclamara una bola centrada, sin destino. Pellegrino sufrirá para convencer al Pintita, pero anda cerca. Mientras lo intenta y Ever pilla ritmo, Feghouli cuida de todos. Al espacio, en estático o entre líneas. Gran jugador.


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Gran crónica. De acuerdo en todos los puntos. Estamos ganando tiempo a la vuelta de Ever y Sergio.

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