Pocas veces el fútbol regala al analista algo parecido a lo que este había imaginado en su cabeza la noche anterior. Por eso es el mejor juego, el deporte rey. Sin embargo, el debut de Bayern y Valencia en esta Champions League cumplió casi todas las predicciones que podían vaticinarse en la previa. Los de Pellegrino hicieron lo que debían y sacaron el once que debían sacar, razón por la cual salieron del Allianz con la cabeza alta y cierta esperanza para el futuro. Eso sí, nunca optaron a la victoria. Básicamente porque el Bayern, se intuía, es demasiado toro. Los de Heynckes iniciaron el proyecto 2012-2013 con la participación de su carta ganadora. Faltaron cosas, y ni tan siquiera vimos una gran actuación alemana, pero da igual; estos vuelven a ir en serio.
Javi Martínez, decíamos, se estrenaba como titular, haciendo pareja con Schweinsteiger. Regresaba Robbery a las bandas, mientras que la mediapunta huele ya a territorio de Toni Kroos, en una decisión que ya no admite debate. El español no estuvo bien. La gran fortaleza del Bayern, su agilidad en la elaboración de juego, requiere una adaptación, que además no será sencilla para el nuevo fichaje bávaro. Pellegrino, que en ningún momento colgó a su equipo del larguero, mantuvo la habitual presión en el carril central. Schweinsteiger se vio obligado a correr muchísimo (12 kilómetros, con diferencia, el que más de los locales) para encontrar recepciones y tratar de dar continuidad.
Los muniqueses no alcanzaban la velocidad de crucero típica de sus grandes tardes. Ribery recibía con la ayuda de Feghouli + mediocentro, disipándose en intentos frustrados. Pizarro demostraba que es, de largo, el menos bueno de los tres nueves y Kroos no disfrutaba el escenario general. El Valencia aprovechó para hacer alguna cosita bien. Parejo no repitió la actuación del Bernabéu, pero constó, se le vio. Suficiente para pesar, porque talento tiene. A él se sumaba Guardado. Sin tocarla con la frecuencia necesaria, cada pausa suya ordenaba. Falló Jonás, que no ofreció el último escalón hacia Soldado. Su baja actividad nos privó del killer che.
El Valencia respondió bien a los defectos puntuales del Bayern
El mal partido de Ribery y la buena defensa interior de Cissokho contra la diagonal de Robben (en serio, ¿la habrá perdido para siempre?) llevó a Heynckes a cambiar al francés, tirando a Arjen a la izquierda y devolviendo a Müller su amado sector derecho. Habrá que ver si el extremo holandés acepta salir de su jugada fetiche, porque en la banda opuesta hizo entre poco y nada. El Bayern, viendo que cada vez perdía peor la pelota (el Valencia amenazó con dos transiciones peligrosas), buscaba asegurar con Mandzukic y Luiz Gustavo. Ambos entraron por Pizarro y Javi Martínez, los elementos menos engrasados de la maquinaria. Y funcionó. Un error en los primeros metros, tan típico de la etapa Emery, cerraba casi por completo el encuentro.
Valdez, que entró por el disperso Jonas, anotaba sobre la hora un 2-1 que quizás hacía justicia con lo presenciado en Múnich. Apenas sobró tiempo para que Ramí dejara patente su falta de control de sí mismo y para que la leyenda de Diego Alves y los penaltis creciera un poquito más. Valencia y Bayern hallarán aspectos positivos en el revisionado y también mucho que mejorar. Quedaron a mitad de camino, reflejo de un choque que arrancó prometedor y terminó frío como una de esas enormes jarras de cerveza germana.
@DavidLeonRon 20 septiembre, 2012
Es muy pronto, pero tras ver el partido, me vino a la mente una conversación que tuve con Arroyo hará un par de semanas: viendo el camino que está tomando el Bayern, tan asociativo y de taaaaaaanto pase (ojo, no son el Barça en este sentido pero se le parece, que ayer retrasaron al portero lo menos en 5 ocasiones), vamos a ver cómo encaja Javi Martínez en esta película.
En campo contrario y con poco espacio, Javi puede sufrir. Lo que ocurre es que el Bayern mezcla muy bien juego (no tanto ayer, dan ganas de culpar a Robben) y los jugadores de tendencia vertical van a encontrar también su sitio.
La verdad es que me estoy poniendo pesado con el Bayern, fijo que los terminaré gafando. A mí me encantan. De hecho, hace días que pienso que, para mí, son los números 2 actualmente. Lo que pasa es que el Barcelona tiene a Messi y Leo es de mentira, no es real.