Durante años, la Juventus pareció no reparar en la estética. Daba la sensación de que, tras haber disfrutado casi un lustro al jugador más bello de todos los tiempos, aquello había sido suficiente y ahora tocaba picar piedra. Primero fue Lippi y más tarde Capello, que veía realizado sus sueños más íntimos: juntar en el círculo central a Emerson y Patrick Vieira mientras le tiraba mandarinas sin pelar a Zlatan. Solo Del Piero ponía la nota de sabor en aquel conjunto, pero incluso ahí los turineses se quedaban algo cortos, pues Alessandro siempre aparentó ser menos especial que sus rivales; primero Baggio y después Totti. El remate llegaba cuando, al mirar a Milan, te topabas con Cafú, Kaká, Rui Costa, Clarence Seedorf o Andrea Pirlo. Ambos clubes se repartieron títulos, pero no es de extrañar que en la memoria de la gente quedara mucho más marcado el talento de los rossoneri.
Precisamente Pirlo define el inicio de esta nueva historia. Su marcha de Millanello y posterior desembarco en Turín supuso un cambio jerárquico en la Serie A. La Vecchia Signora se proclamaba campeona tras seis temporadas, y lo hacía con la esencia de Pirlo al hombro. Un fútbol vertical, agresivo pero con un poso de clase. Lo que es Andrea, vamos. La pasada Eurocopa ha terminado por convertir al cinco italiano en una leyenda de la que colgarse en la vuelta a la Copa de Europa. Pero el proyecto no se detiene.
Quizás sea su contratación más relevante. Mauricio Isla llega a la Juventus tras dejar en Udine un buen puñado de inolvidables paredes con su compatriota Alexis Sánchez. El lateral (o carrilero si se quiere) lo tiene todo para romper a élite, tanto que cuesta imaginar que no estuviera en la famosa agenda de Mourinho para el puesto de 2. La defensa recibe también la mediática figura de Lucio, del que se conoce todo. Algún día se acabará, quizás ya no le queda otro ciclo, difícil predecir. A atractivo siguen ganándole muy pocos. Con otros nombres como el consagrado Chiellini, la retaguardia turinesa pinta solvente.
El fichaje de Lucio resulta una incógnita tan atractiva como peligrosa
El centro del campo es terreno Pirlo. Complementarle es el objetivo, ya sea con una constante dinámica de pases o ahorrándole kilómetros al maestro. Al igual que Isla, de Udine llega Asamoah, una especie de Essien zurdo, con lo sugerente que eso suena. Más a largo plazo aparece Pogba. A sus 19 años, el ex-United es poco más que un puñado de brillantes condiciones. La gran inversión (a todos los niveles) es el afamado Giovinco. El mediapunta cuenta ya con 25 primaveras y no puede aplazar más su eclosión. Dicen las malas lenguas que su habitat ideal son equipos humildes, de bajas exigencias deportivas. Lo que está claro es que magia tiene, y el discurso colectivo no le va a perjudicar. Se le espera y se le imagina junto a Pirlo y Marchisio. La imagen de una Juventus diferente.
Arriba se cuecen las grandes respuestas. El área de Matri, la agresividad de Mirko Vucinic, el desborde de Pepe… Armas de valor que, sin embargo, no terminan de hacerles creíbles en escenario Champions. Conte lo sabe y desde hace meses busca la guinda de la tarta, esos 30 goles por temporada que te acercan al metal de los trofeos. Si acceden a ellos, podremos decir que la Juventus ha vuelto. Tras la desbandada milanista y el reventón de la herencia de Mourinho por parte del Inter, La Fidanzata d’Italia carga la bandera del Calcio en el que es, de largo, su proyecto más interesante. Que salga bien.
trouro 8 agosto, 2012
Arturo Vidal!!