Malle se inspiró en su propia vida para arrojar conciencias sobre el colaboracionismo y la actitud francesa durante la Segunda Guerra Mundial. “Au revoir, les enfants“ (1987) era una película que el director de “Ascensor para el Cadalso“ necesitaba hacer, quizás no ya para superar el pasado, que puede llegar a ser imposible, sino para poder vivir con él. No en vano, él fue uno de esos niños que vio con sus propios ojos como se llevaban a otros de su colegio. Y se iban para no volver, tan solo por ser distintos, aunque para él no fueran más que otros niños con los que jugaba. Y lo hace sin grandes sucesos dramáticos, ahondando en el dolor que se queda en los corazones de los niños que vieron marchar a otros como ellos por los siempre inexplicables miedos de los adultos.
A Francia le han robado una generación que les brindó los mayores éxitos de su historia. El paso del tiempo no perdona, y continuarlos es una exigencia que ahora reposa en las botas de estos muchachos liderados por Benzema, los todavía niños que sufren en su interior con el peso de volver a continuar la senda triunfal. O al menos de emprender el camino de vuelta a casa con la cabeza bien alta.
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Referencias:
Revista Magnolia
Antonio M. Arenas
@miglarmar · hace 665 semanas