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Hará falta más


Quizás por unos imponderables que ellos consideraron injustos o porque el legado de hace ocho años todavía dura, la verdad es que Grecia sigue hallando disfrute en la dificultad. La adversidad les excita, les legitima. Quedarse con un hombre menos en el partido inaugural frente al conjunto local parece un certificado de defunción. Fue justo en ese momento cuando Grecia ofreció su mejor fútbol. Ante la República Checa vuelven a ser inferiores y, quizás por ello, favoritos.

Los checos tienen más cosas prácticamente en todas las líneas. Más técnica, más talento, más autosuficiencia… pero menos puntos en el casillero.Grecia debería ofrecer ya más cosas con el balón La necesidad obliga al conjunto de Bilek, lo que otorga a Grecia la superioridad emocional que tan bien administra. Sin embargo, pese a que solo el azar les separó de la victoria ante Polonia, Grecia debe mejorar sus prestaciones, principalmente en el uso del balón. El injustamente criticado Samaras realizó un trabajo casi heroico al que el conjunto griego no dio continuidad. La falta de calidad de Grecia en sus primeros 40 metros obliga a buscar una salida directa sobre Gekas o lateral sobre Samaras, que hace buena su pinta de pirata protegiendo el balón como si fuera un tesoro, a la espera de Karagounis, el único que entiende lo que ocurre a su alrededor. Parece poco probable que el veterano y buen jugador griego pueda torturar la espalda del doble pivote checo, así que debe pesar más en la base y, desde ahí, darle a su equipo un poco de ataque posicional.

Los esfuerzos de Samaras son más de la mitad de la transición ofensiva de Grecia

Contra esta pareja la República Checa tiene un interesante activo que lanzar. El primer jugador de color de la historia del país, Gebre Selassie, es un lateral con peso en los partidos. Con mucha presencia en zonas adelantadas, no tiene miedo de subir. Hoy, más que nunca, debe obligar a Samaras a replegar y desgastar a un Karagounis al que le pesará mucho tener que lateralizar su posición. Son 35 años. Ajeno a todo esto, el extremo Pilar, nueva adquisición del Wolfsburgo, gustó mucho en la primera jornada. Tiene cositas y el pesado Torosidis parece un buen rival para él. Si consigue atraer por izquierda y Gebre Selassie se hace ancho en el sector contrario, quizás veamos a Rosicky aterrizar en Polonia y Ucrania. No puede aplazarlo más.

 

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