Quizá uno de los clichés a eliminar cuanto antes en este nuestro deporte es el que identifica a los equipos de carácter asociativo sólo con aquéllos que optan por hacer del ataque organizado su fase del juego fetiche. En pleno 2012, parece una percepción caducada o, cuanto menos, estirada de forma artificial. Excepción hecha de lo excepcional, el espectáculo asociativo más excitante hoy se da en las transiciones ofensivas; esos momentos posteriores al robo que pueden ser el preludio de un ataque organizado bien arriba o el primer paso de un contragolpe letal.
Es casi una cuestión social. El mundo evoluciona hacia lo pequeño, dinámico y volátil, hacia lo que cambia. Cambiamos rápido y muchasHubo velocidad y precisión en ambos ataques veces, hasta el punto de que estar dos meses de la misma manera es como romper la rutina. Por eso el Polonia-Rusia nos gustó tantísimo. No es que ninguno quisiera la pelota, sería un grave error sacar esa conclusión; lo que querían era tenerla muchas veces diferentes, para afrontar situaciones distintas. Como la consecuencia sensorial es la sorpresa y la futbolística es la aparición de espacios, el talento del jugador queda más claro y nos entra mejor.
Smuda se decantó por armar a su Polonia con más reacción y jugó con un centrocampista de más. Polanski y Murawaski no ejercieron de pareja dePolonia cambió su 4-2-3-1 por un 4-3-3 cierre, sino de interiores en un triángulo completado por el mediocentro Dudka. Ludovic Obraniak, mediapunta en el debut, pasó a la izquierda, lo cual hizo que Zhirkov y Zyryanov vivieran más tranquilos de lo esperado. La clave del ataque posicional polaco ante Grecia fue el dentro-fuera de Obraniak al costado del centralizado Kuba y el profundo Pisczcek, y eso se esfumó como si nada. Smuda hoy no quería atacar con tanta gente.
Arshavin volvió a ser el mejor jugador de Rusia.
Hubo cambios. Polonia, en desventaja en el marcador y virtualmente eliminada, decidió atar a Polanski, interior derecho de cierto vuelo, para que trabajase de manera directa la recepción de Arshavin. La otra medida crucial, optar por un juego ultra directo (pero raso, preciso y precioso) sobre Lewandowski cuya resolución volvió a mostrar que el ariete del Dortmund ha nacido para transitar, pese a no ser un rayo. Rusia no tenía otra que agarrar la pelota más de lo que quería, no podía aguantar el ritmo polaco sin perder certeza, y ahí se le fue el choque. A propósito, es maravilloso que en un partido marcado por las carreras, los dos mejores, Lewandowski y Arshavin, se pasaran la noche caminando. Si es que el fútbol es infinito…
@CAlvarezVillace 13 junio, 2012
Totalmente de acuerdo con lo que comentas de Obraniak. Lo comentábamos en la previa: escorado a banda no da tanto a Polonia como el día del primer partido. Y claro, provoca lo siguiente: "lo cual hizo que Zhirkov y Zyryanov vivieran más tranquilos de lo esperado." Detalle que no me terminó de gustar excesivamente de Smuda.
Con ello, otra variante que no se pudo vislumbrar: "La clave del ataque posicional polaco ante Grecia fue el dentro-fuera de Obraniak al costado del centralizado Kuba y el profundo Pisczcek, y eso se esfumó como si nada." Esa conjunción entre estos tres futbolistas fue un aspecto bastante atractivo ante Grecia. Bastante importante ver si ante R. Checa, jugándose la clasificación, vuelve a repetir lo implantado en la primera jornada o si continúa con lo visto ayer.