Cambian los tiempos | Ecos del Balón

Cambian los tiempos


Que la victoria crea adhesión no es ninguna novedad. Ocurre desde siempre. España es modelo, por la cantidad de victorias y la belleza de muchas de las mismas, pero la cosa no queda ahí. Nuestra influencia está penetrando incluso en el periodo formativo de grandes superpotencias. Alemania e Italia son buenos ejemplos. Ahora resulta que Alemania tiene el pie más fino que nunca, aunque de la frase de Lineker cada vez quede menos. En Italia no nos manifestamos de forma tan potente, pero sí que subyace una intención con rasgos comunes. Por ejemplo, esta selección es, sin condicionamiento alguno, el equipo de Pirlo, lo cual ya dice mucho. Lo que llama la atención es que a Italia se le fuera el partido en aspectos donde históricamente han sido fenómenos. Croacia levantó el partido con un juego directo del que siempre estuvo convencido.

La primera parte de Italia fue muy estimable, básicamente porque Andrea Pirlo dejó 45 minutos para su libro de oro personal.La presión de los dos puntas croatas sobre Pirlo no bastó El juventino se comió el partido, recordando al mediocentro que dominó la pasada década, aunque hay que reconocer que Croacia ayudó. La marca al crack no fue la adecuada. Dependiendo de su orientación, sería uno de los puntas, Jelavic o Mandzukic, quien trabajara sobre la recepción de Pirlo, un escenario sencillísimo para el inmenso fútbol del italiano, que se escapaba siempre a espaldas de los atacantes y encontraba muy lejos a Modric y Vukojevic, el doble pivote rival. Como conclusión, Andrea jugaba siempre de cara, listo para suministrar. A partir de ahí, todo fluía. Los carrileros se hacían largos merced al cambio de orientación de su mediocentro; Marchisio aparecía por la frontal, pues no había necesidad de auxilio en la base. Mención especial merecen los puntas. Pese a terminar cada partido en el banquillo, Balotelli está jugando bien. No escatima esfuerzos ni movimientos solidarios. Solo está fallando donde es élite absoluta: el gesto final, el determinante. El techo de Italia lo marcará el acierto de Mario. Mejor aún estuvo Cassano. Con sus movimientos clásicos sobre el sector izquierdo del ataque, destrozó la transición ofensiva croata. Srna no se significó en la primera mitad, atado por la influencia y constancia de il Talentino.

Con el fútbol de Pirlo alejando a Croacia del robo y unos puntas que exigían la atención de laterales y volantes,Modric tan solo aparecía para correr detrás de Pirlo los de Slaven Bilic quedaron sujetos al juego directo sobre sus dos delanteros. Y ciertamente, durante muchos minutos, lo consiguieron. Cayendo siempre al espacio vacío que ofrece una línea de cinco defensas, entre central-lateral, Jelavic (tremendos movimientos) y Mandzukic eran todas las salidas de su equipo. Parecía demasiado poco, cuestión de que Chiellini y Bonucci corrigieran sus achiques y se juntaran un poco con sus interiores para combatir las segundas jugadas. Así fue, Italia empezó a ganar los saltos y Croacia quedó en nada. ¿Y Luka Modric? Lo más destacado por su parte fue la gran cantidad de veces que encimó a Pirlo, por supuesto sin robarle jamás un balón. La instantánea era de coleccionista.

Cuando Italia se impuso sobre Jelavic y Mandzukic, Croacia se quedó sin transición

Con energías renovadas, Croacia volvió del descanso con nuevos intentos de busqueda sobre Jelavic y Mandzukic. La verdad es que hay mucho en esta pareja. Sacan agua de una piedra, se mueven de escándalo y necesitan muy poco para producir. Ellos metieron anímicamente a su equipo en el choque. Una aparentemente intrascendente amarilla de Motta terminó por darle la vuelta a todo. El ex-barcelonista es un futbolista plano aunque con condiciones. Su auxilio físico sobre Pirlo legitima su presencia. Tras su marcha y el declive físico de Cassano, el sector derecho croata hizo acto de presencia. Rakitic, ahogado hasta entonces, comenzó a tocar balón, y Srna, una bestia, pasaba al ataque ya sin reparo, pues su espalda había dejado de ser un problema. Croacia exhibió una fe inédita y emocionante, escenificada perfectamente en el partidazo del limitado Strinic, autor de la asistencia del empate.

No sorprendió que Croacia, con marcador en contra, volcase el campo de forma animosa en la segunda mitad. Más llamativo fue que lo hiciese con una presencia menor de su genio, Luka Modric. Pero lo realmente sorprendente es que Italia solo pudiera limitar a una pareja de «tanques» como Jelavic y Mandzukic cuando tuvo todos los factores futbolísticos a favor. El error en la marca de Chiellini fue el perfecto resumen. Italia, los reyes europeos del cuerpeo, los magos del despeje lateral, regalando el área chica. Y los alemanes que ya no ganan una final. Esperemos que en veinte años la pelota siga siendo redonda por lo menos.


Comentarios (14)

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@ Álvarez Villace

Yo la última Italia tan ofensiva como ésta que recuerdo es la de la Eurocopa del año 2000. Un equipo que, por ejemplo, atacaba más y diría que mejor que la Francia de Zidane y Henry, lo que pasa es que Francia tenía a Zidane y Herny ^^

La campeona del mundo de 2006 fue el equipo que dio el Balón de Oro a Cannavaro, y creo que eso la retrata -no pretendo ser despectivo ni de coña con esta frase-. Pirlo era el principal hombre de ataque, sin duda, pero era un conjunto más enfocado a otras labores.

Ésta Selección sí es la prolongación de Pirlo.

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