Aquel mediodía dublinés… | Ecos del Balón

Aquel mediodía dublinés…


El primer partido decisivo que recuerdo de la selección española absoluta empieza ya por el extraño horario que tuvo. Si mal no recuerdo, aquel Irlanda-España se jugó un miércoles a eso de las dos de la tarde. Para un chaval de 10 años, como comprenderéis, aquello no era lo más operativo del mundo. Recuerdo haber salido pitando del colegio para ver jugar a La Selección. Por aquel entonces no había «Rojas» que valiesen ni ningún otro apelativo artificial para referirse a ella. Se llamaban a las cosas por su nombre. También todo el mundo se refería a Irlanda como Eire, cosa que ahora no es habitual. La dictadura de las modas, supongo. El caso es que en aquel mes de octubre del año 93, las cosas eran bastante distintas a lo que se presenta hoy en el partido entre los equipos de Trapattoni y Del Bosque. Cómo hemos cambiado…

España atravesaba una época oscura. Se había fracasado en el Mundial de Italia 90 bajo el espectro del juego defensivo practicado por el conjunto de Luis Suárez y con un equipo rodeado de polémicas, especialmente con la prensa. Las clasificatorias de la Euro 92 no habían sido mucho más halagüeñas. Francia pasó sin problemas en el grupo de una selección española en la que la «Quinta del Buitre» daba sus últimos coletazos y el resto de jugadores que les acompañaban tampoco eran precisamente de un gran nivel. La victoria enClemente eliminó a los miembros de la Quinta, dando así paso a los ganadores del oro el torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos de Barcelona había ilusionado a toda la afición, con una buena generación de jugadores técnicos y jóvenes que prometía un buen futuro para la selección mayor.

Cuando Javier Clemente asumió la dirección del equipo nacional, el panorama estaba lleno de nubarrones. El técnico de Barakaldo asumió la tarea de renovar la selección y adaptarla a sus gustos e ideas. No le tembló el pulso para eliminar de un plumazo a los miembros de la «Quinta» y dar la alternativa a buena parte de los miembros del equipo olímpico. No sin polémicas, obviamente, ya que estamos hablando de Clemente. Míchel, por ejemplo, todavía estaba a un buen nivel, pero su presencia no tenía mucho sentido. Se buscaba el golpe de efecto, el insuflar aire fresco al equipo limpiando a una generación ya superada.

La clasificación para el Mundial de Estados Unidos se presentaba dura. La presencia de la campeona de Europa Dinamarca y la poderosa Irlanda eran dos piedras de toque muy importantes para un equipo que se estaba formando. Hubo traspiés al comienzo del grupo, con una España a la que le costaba marcar goles –tres empates consecutivos a cero, contra Letonia, Irlanda del Norte e Irlanda en casa-, pero el equipo poco a poco fue reaccionando y logrando resultados. Hasta cinco victorias consecutivas acumuló antes del partido contra Irlanda. Solidez era la palabra con la que Clemente quería que relacionasen a su equipo. Y jugadores sólidos sobraban en esa época. La gran lacra era la falta de un par de delanteros de clase mundial. El seleccionador rajaba contra los extranjeros que copaban las posiciones de ataque de los grandes equipos de España cada vez que podía. Zubizarreta, una defensa de cinco hombres con carrileros largos, un par de centrocampistas de corte defensivo (en ocasiones centrales también), un par de jugadores con calidad técnica -no exenta de lucha- y arriba, básicamente, Julio Salinas.

Irlanda era uno de los conjuntos mejor considerados del fútbol internacional.

Ciertamente, la empresa no era fácil. Por aquel entonces el prestigio de la selección irlandesa estaba en su mejor momento. Jackie Charlton, el legendario central inglés, había tomado posesión del cargo de seleccionador en 1986 y permanecería en él diez años, que supondrían la edad de oro del fútbol irlandés. Clasificó a Irlanda para la Eurocopa del 88, en un torneo que se tornaría mítico para el fútbol británico, ya que Irlanda derrotó a Inglaterra y estuvo en un tris de clasificarse para las semifinales, de las que solo la alejó un gol del holandés Wim Kieft.

Dos años después, Irlanda no faltó a la cita mundialista en Italia. De nuevo Inglaterra y Holanda se cruzaron en su camino y fueron incapaces de derrotarla, con lo que Irlanda consiguió una histórica clasificación para octavos. Al equipo seguía costándole horrores marcar goles, pero su defensa era la más sólida del campeonato junto a la Italia. Un nuevo cero a cero fue el resultado del partido de octavos de final contra la Rumanía de Hagi. Pat Bonner fue el héroe al parar el penalti de Timofte, llevando así a los chicos de Charlton hasta unos increíbles cuartos de final. Allí esperaban los anfitriones, donde el inevitable gol de Totó Schillaci acabó con el sueño irlandés.

Estas dos grandes actuaciones consolidaron a Irlanda como una selección de referencia en el concierto mundial, y sobre todo, como un equipo difícilismo para enfrentarse a él. Una roca era lo que había creado Jack Charlton. Formó un conjunto casi de club, con una rotación de jugadores muy corta y que jugó junta durante años. Pat Bonner, el portero del CelticEnfrentarse a la Irlanda de Jackie Charlton era un reto realmente complicado de Glasgow, era inamovible en la portería. No era un portero brillante, solo cumplidor, de esos que rara vez restan. La defensa contaba con centrales experimentados en la liga inglesa, como Moran y O’Leary. Los toscos Steve Staunton y Mick McCarthy eran habituales también en la parcela defensiva, así como el lateral Chris Morris. En el centro del campo aparecía el hombre más carismático e importante del equipo irlandés. Paul McGrath era el jugador más fuerte del mundo. Referencia total en el Manchester United y el Aston Villa, con un despliegue físico tremendo y tácticamente una referencia. Ray Houghton y Andy Townsend jugaban por delante de McGrath y llegaban al área con mucho peligro. Arriba , Irlanda solía jugar con uno o dos tallos, que permitían ese juego típicamente británico que proponía Charlton. Balones largos, y John Aldridge (un goleador implacable del Liverpool y que tuvo una breve y exitosa experiencia en la Real Sociedad), Tony Cascarino, Frank Stapleton o Niall Quinn los bajaban para la llegada de sus centrocampistas. La excepción, el punto diferente entre los delanteros, lo ponía el ratonil Kevin Sheedy, del Everton. Con estos mimbres, Irlanda, a pesar de haber fallado en su intento de ir a la Eurocopa del 92, estaba bien situada en el grupo para USA 94. El partido contra España en casa se presumía decisivo.

Que el partido fuese en Lansdowne Road no era algo secundario.

Cuando Dinamarca ganó 1-4 a Irlanda el 13 de noviembre de 1985 en el último partido de ambos conjuntos en la fase de clasificación para el Mundial de México 86 nadie podía imaginarse que, casi 8 años más tarde, ese seguiría siendo el último partido oficial que la selección irlandesa había perdido en el mítico Lansdowne Road. Casi 20 partidos invictos, y en ese fortín se la jugaba España. El partido, además, se jugaba a las 14.45, horario totalmente inhabitual para el futbolista español. Esto era porque, increíblemente, el estadio carecía de iluminación artificial, así que había que aprovechar las horas de luz del octubre irlandés. Bastante fue que no se hubiese jugado a las doce de la mañana.

Este fue uno de los primeros partidos donde Clemente, además, fue a degüello ante sus amigos de la prensa: bajándose los pantalones y enseñándoles el trasero cuando intentaban espiar sus entrenamientosNueve de los diez titulares de España tenían experiencia como centrales o laterales, entregando petos de titular a jugadores que no lo iba a ser, etc. Clemente en estado puro Supongo que alguna vez lo habrá dicho, pero si no lo hizo, creo que a estas alturas y viendo todo lo que hemos visto, está claro que el objetivo del rubio de Barakaldo era imitar el modelo irlandés con su selección española. No sé si sería el primer paso o el último, pero está claro que era lo que España imitó en esos años. Los españoles pusieron en liza un conjunto formado por Zubizarreta, Camarasa, Ferrer, Giner, Hierro, Nadal, Voro, Caminero, Luis Enrique, Goikoetxea y Julio Salinas. Nueve de los diez jugadores de campo tenían experiencia actuando como defensas. Camarasa, Giner, Hierro, Nadal y Voro como centrales, Ferrer, Luis Enrique y Goikoetxea como laterales y Caminero como líbero en su etapa del Valladolid.

Irlanda sacó a Bonner, Staunton, Phelan, el veteranísimo Moran, Dennis Irwin, Mcgrath, la nueva figura irlandesa Roy Keane, Houghton, Kernaghan, Whelan y Nial Quinn con indiscutible referencia atacante. Un 4-5-1 nominal que se convertía en un 5-3-2 cuando Irlanda defendía , ya que McGrath, muy lento y veterano ya, se incrustaba entre los centrales.

Sorprendentemente, y a pesar de que antes del partido el ambiente era de respeto, si no miedo, España hizo un partido tremendo, que seguramente será recordado como el mejor de toda la era clementiana. A los 26 minutos ya se ganaba por 0-3 con dos goles de Salinas y uno de Caminero, y España estaba anulando totalmente el juego de los irlandeses.España hizo un gran partido, compitiendo en físico de tú a tú a la potente Irlanda Con todos los kilos que alineaban los españoles no era para menos, a fuerza y entrega pocos equipos iban a estar en igualdad de condiciones con los del Jackie Charlton y eso fue lo que trató de igualar el entrenador español. Sólo al final recortó distancias el conjunto irlandés, pero la tarde pertenecía a una impresionante selección española, en la que Miguel Ángel Nadal fue el mejor jugador del partido. Tan grande fue que los medios británicos le apodaron «La Bestia». Este partido supuso el paso del relevo de Irlanda a España como roca del fútbol mundial. Aunque ahora parezca raro, fue una victoria de prestigio que situó a la selección como un outsider en el panorama futbolístico a nivel global. Para los irlandeses, la derrota dejó importantes lecciones: Jack Charlton comprendió que Paul McGrath ya no tenía el físico para jugar en medio campo y de ahí en adelante jugaría como central, que Alan Kernaghan ya no daba el nivel para jugar a nivel internacional y de que John Sheridan podría hacer un buen trabajo en el medio del campo. Todo ello le sería bastante útil el verano siguiente.

Con esta victoria, a España sólo le faltaba derrotar en Sevilla a los daneses para certificar el pase al Mundial de Estados Unidos. El gol de Hierro hizo que, con más fatigas de las previstas –esa expulsión de Zubizarreta…-, la selección lograse el objetivo. Un objetivo que también lograron los irlandeses, consiguiendo hacer de nuevo historia.

Hoy día, viviendo como se está España la edad de oro de su fútbol, estos triunfos quedan muy lejanos y difuminados, pero pocas sobremesas hemos tenido tan satisfactorias en lo futbolístico como aquella de Lansdowne Road…

 

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Comentarios (19)

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Me acuerdo de aquel partido, yo tenía 18 años y realmente disfrute de lo bien que jugaron. Lo increible es que ahora veo la alineación y flipo que jugasen con estos jugadores. Me ha costado situarlos pero creo que fue así: 1-3-3-3-1
Portero: Zubi
Centrales: Voro Nadal Giner
Primera linea de 3: Ferrer Hierro Camarasa ¿¿¿CArrilero izq??
2ºlinea de tres: Goicetxea Caminero Luis Enrique
Delantero: Salinas

Lo más alucinante es lo de Camarasa que yo recuerdo que era central.

Bueno me imagino que es otra demostración que se puede jugar al futbol bien de muchas maneras. Porque aquel equipo jugaba bien y mejoro cuando puso a Sergi en lugar de Camarasa. Lo que si que recuerdo es que Hiero y Caminero eran una pasada jugando y los que hacían a aquel equipo especial.

¿Se podría haber jugado de otra manera? Sí y además había mimbres para hacerlo así a bote pronto podias colocar un 4-2-3-1 más estetico e igual de competitivo : Ferrer-NAdal-Hierro-Sergi Amor-Guardiola Caminero-Guerrero-Luis enrique Salinas o Alfonso o Kiko
Recuerdo perfectamente aquel partido. Cierto que Clemente optó claramente por el músculo pero si tengo que ser sincero, creo que fue lo más adecuado en aquel momento. Es verdad que muchos de sus futbolistas tenían experiencia en puestos defensivos (aunque Goikoetxea por entonces ya no ejercía como tal y la experiencia de Luis Enrique como lateral creo que fue más adelante, por entonces creo que jugaba en puestos ofensivos). Este partido y la primera parte que jugamos contra Alemania en USA 94 creo que fueron la cima de la España de Clemente, yo por lo menos así lo sentí.
Un saludo
Recuerdo con cariño aquel equipo era un niño me empezaba a interesar por esto de la pelotita tanto este partido como el de Dinamarca fueron un punto de inflexión para mi.
Aquella fue una gran seleccion que hizo un buen mundial 94 y la Euro 96 hay la euro 96 en aquella tanda de penalties vs Inglaterra se quedo el equipo de Clemente
Tuve ese póster colgado en mi habitación un largo tiempo, recuerdo que jugamos ese mediodía de Salinas en Dublín y luego creo que fue el partido de Dinamarca... es un póster realmente hermoso, como decís, hasta siete de esos diez jugadores de campo hicieron buena parte de su carrera en la línea de atrás... Creo que hay un partido en el que juegan esos mismos, pero con Alkorta en lugar de Caminero... en lo que es la cuarta fase de super Sayán de Javier Clemente
Aprovecho el inicio de mi comentario para felicitar a Vilariño por sus artículos en Ecos. Aquí es difícil dar la talla, así que destacar de esta manera dice mucho de él.

Seguramente esos meses que van de los partidos decisivos frente a Eire y Dinamarca hasta la triste eliminación en cuartos del Mundial'94 ante Italia representen el máximo nivel competitivo de la España de Clemente. Y, para mí, de la España que yo he conocido hasta, obviamente, la actual. El inolvidable éxito de Dublín (y su sufrida continuación ante Dinamarca) fue especial, tanto por ese extraño horario como por ser el preludio de la cita internacional que más ha calado en mi generación: el Mundial de USA'94.

Es muy importante la contextualización que ha hecho Vilariño sobre la Eire de entonces, cuyo perfil futbolístico guardaba similitudes con la actual, pero cuyo nivel era bastante superior. Aquel grupo de clasificación era muy duro y además a España le había costado mucho entrar en calor, dejándose puntos en Belfast y Riga y cayendo en Copenhague. De hecho, aquella fase clasificatoria europea fue tan competida que ya avecinaba el fantástico Mundial que se avecinaba, quedando eliminadas Francia (con aquel doblete dramático de Kostadinov en el Parc des Princes ante los Cantona, Ginola, Papin, Desailly, Sauzèe, Deschamps, ...), Inglaterra (en plena transición y dos años antes de la Eurocopa de su país), la Dinamarca campeona de Europa o la emergente "generación de oro" portuguesa (Rui Costa, Joao Pinto, Couto, ... mezclados con veteranos como Futre, Rui Aguas o el realista Oceano), a la que dejó fuera Suiza, nuestro rival en octavos de aquel campeonato del mundo.

Coincido en que aquel 3-0 a los helvéticos, con Nadal y sobre todo Hierro en plan estelar, fue seguramente la cima de la etapa de Clemente en la selección. Y a mí aquel equipo suizo me gustaba. Lo dirigía Roy Hodgson y además de los célebres Chapuisat o Sforza, yo tenía mis debilidades: el lateral diestro Hottiger, y los medios Bickel y, sobre todo, Alain Sutter.

Podría tirarme horas y horas hablando del antes y el durante de aquel inolvidable Mundial. Enhorabuena de nuevo, Vilariño.
@Vilariño

Sirakov vino al Zaragoza, lo ficharon como bota de Bronce, pero no terminó de cuajar. Se jodió la rodilla. Dicen que tenía mucho institnto, delantero puro rematador.
@DerkinFT14
@DavidLeonRon

Yo no podré olvidar nunca el tabique de Luis Enrique.Su sangre, sus lágrimas fueron las lágrimas de todos.
Los partidos que se jugaban de día cuando aquí era de noche.
El SuperDepor que enamoró a media españa dominando en USA con el gran Mauro Silva,Bebeto, Romario, las primeras apariciones de Ronaldo... El gran Giga Hagi,etc etc

Recuerdo perfectamente a Striker, al que asocio tremendamente a una conocida multinacional de comida rápida pues en menú para niños regalaban juguetes,tazas o similares con su figura. De hecho aun conservo una muñequera/monedero que regalaban para aquella ocasión y a la que di mucho uso en las tardes-noches de verano de libertad en el pueblo.Metias 4 monedas de 5 duros en la muñequera y cuando corrias y sonaban de aquella manera parecía que eras rico.
Sin lugar a duda mi mascota favorita junto a Covi y Curro.Era la época de asociar muñecos con símbolos y recuerdos.

...Esas no volverán...

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