Emigra Pep al país del reposo con las mejores notas, currículum prodigioso, empujado por los recortes del desgaste y la necesidad de ver brotes verdes en su sentimiento de la profesión. Antes de partir, acudiendo al rescate del último tachón, porque estas películas nunca acaban mal, apareció Seydou con el grito mudo del gol tosco pero sumamente disfrutable. Keita, tan retorcido en el cabezazo como educado en la devoción: “¿Guardiola? Lo echaremos mucho de menos, por favor”, no iba a consentir que el jefe se fuera con el sinsabor de la derrota. Se cierra de este modo el círculo de un proyecto admirable con la calma, la sencillez y la complicidad de dos amigos, dos compañeros, jugador y entrenador. Keita y Pep. Pep y Keita. Punto y final.
En las últimas páginas del libro siempre quedan párrafos despistados que encajan con el argumento y redondean el contenido. Entre esas líneas libres se encontró al borde de la medianoche el Barça, inmerso en un ida y vuelta sin cafeína tratando de sacar los tres puntos sin toser demasiado, sin armar barullo, como si una marcha pacífica fuese suficiente para conquistar el Sáhara verdiblanco. Ya se bajaba el telón con el 2-1 en el marcador, previa deserción desquiciante de Dani Alves, cuando apareció Keita -padre, hijo y Espíritu Santo de Pep- para dejar en tablas el final liguero de la era, como si lo justo fuese posponer la partida así, igualada y en pause, bajar al bar a tomar un par de cañas, y volver en tres o cuatro años con historias e ideas nuevas que plasmar por Barcelona.
Comentarios (4)

Comments by IntenseDebate
bortibort 46p · hace 669 semanas
@DavidLeonRon · hace 669 semanas
Keita (de interior) es un muy buen jugador.
@Rausome · hace 669 semanas
@fernando_eco · hace 669 semanas
por afinidad sería muy posible. Pero hombre, en dos años Keita ya se pone en unos 34, no? ya es mucha edad.