Jugar soñando es una vía singular y estimulante como pocas. También bicéfala, como todas. En su caso, la cara es el límite superior, porque la imaginación visita puntos que el cuerpo no alcanza. La cruz, que el sueño es ligero, vulnerable ante el mínimo estímulo exterior, y dejarlo estar es la única manera de no arriesgarse a abrir los ojos. El Athletic conquistó Old Trafford por Marcelo Bielsa y su manera de vivir la vida. La misma que redujo en demasía el margen de maniobra vasco ayer en Bucarest. Por eso el Loco no aspira a ser el mejor. Simeone, tras este medio año, está a un trabajo de ser tenido en cuenta. Kun y Forlán devolvieron a Neptuno la bufanda. El Cholo ha devuelto al Atlético de Madrid, siquiera por unos meses, la identidad.
Simeone condicionó la Final con un cambio de sistema. El 4-4-2 habitual, con Diego y Arda en bandas, dejó su lugar a un 4-1-4-1 con elSuárez fue la pesadilla de Susaeta, Ander, Óscar y Muniain turco y Adrián en los costados. La línea de cuatro, flexible por la relación entre Gabi y Ander, se paraba detrás de los cuatro mediapuntas vascos, y Mario Suárez, como mediocentro, corregía lo que se filtraba. «[…] entendíamos que aquí teníamos que quitarles referencias para que no nos jugaran a la espalda, aún a riesgo de tener menos balón». Simeone no quería que su zaga saliese hacia al frente. Quería que se quedara con Llorente, y lo consiguió siempre. Así, la defensa organizada atlética dominó todo.
Ser incapaz de batir líneas desconcertó al Athletic, empezó a sumar pérdidas en salida de balón y terminó encanjando los dos primerosEl partido de Falcao no es analizable, de Falcao. Quizá haya que remontarse a la Copa de Europa de 1989 para toparse, en un ariete, con una Final tan perfecta como la de ayer de Radamel. En esas transiciones altas mostró un acierto técnico… inaudito en él, eliminando a Javi Martínez y Amorebieta -vaya partido…- en cada intento. En transiciones de origen más retrasado, donde tanto destaca por sus largos desmarques de apoyo, su fútbol se fundió con el placer. Controles de taco, giros imposibles… Es que hay poco análisis. Fue la noche de sus noches. Es un crack y un killer, pero nunca más habrá una Bucarest. No es Ronaldo Nazario da Lima.
Los dos cambios del descanso fueron tan positivos como insuficientes para el Athletic.
Otra ventaja del 4-1-4-1 de Simeone fue la posición centrada de Diego. No tenía que ir hacia el medio porque ya estaba ahí, algo que se confirmó como una noticia pésima para Iturraspe. Quizá, el jugador más superado del choque. Íñigo Pérez le suplió al tiempo que Ibai entraba para desplazar a Muniain hacia el medio. Iker no entendió nada, pero Ibai tuvo una producción individual notable, y lo cierto es que llegó a merecer algún gol. En cualquier caso, el Atlético no encajó, porque nunca se puso nervioso. Es un equipo sobrio, realista, duro de pelar. En fin, que es el Atlético de Madrid de toda la vida de dios. Por fin.
Enhorabuena a toda su afición.
@marcel99710 10 mayo, 2012
En Bucarest, Diego hizo las pases con Europa.