Europa tiene sus reglas. Por algún extraño motivo, lo que ocurre las noches de los martes, miércoles y jueves escapa a cualquier estudio previo que llevemos a cabo. Los domingos sirven como referencia inesquivable, claro, pero difícilmente te contarán la verdad del siguiente partido. Al fin y al cabo, es normal. ¿O acaso tú, como aficionado, vives igual Europa que La Liga? Los futbolistas no son ajenos a esas emociones. Unas emociones que, en el José Alvalade, cayeron con toda su fuerza sobre el Athletic. Ayer, por primera vez, Europa pudo más que Marcelo Bielsa.
En honor a la verdad, no fue la mejor noche del entrenador argentino. Resulta prematuro juzgar el discurrir de Ricardo Sá Pinto en los banquillos, pero hay que decir que su lectura del Athletic fue, La salida del Athletic fue inexistente.desde la extrema sencillez, perfecta. Y todo en base a un concepto: Inferioridad en la primera línea de presión para generar una superioridad posterior. Martins y Van Wolfswinkel tenían una orden clara: No buscar jamás el robo a Ekiza-Amorebieta y, a su vez, impedir el pase por dentro a Iturraspe. Si el mediocentro quería recibir, que bajase a insertarse entre centrales, no había problema. Mientras, los ocho hombres restantes, ellos sí, realizarían una presión feroz al apoyo de laterales, interiores y extremos del Athletic. Estos no podían girar jamás. La improductividad de los tres hombres de la salida del Athletic fue total y absoluta. Bielsa tocaba y tocaba; Iturraspe en la derecha, Amorebieta pisando la cal, Ekiza en pleno carril central… nada. Y es que Javi Martínez es mucho más que un central en este equipo. Es la razón de ser de este Athletic. Su ausencia validó todo el planteamiento de Sá Pinto.
Sin salida de balón, Llorente quedaba expuesto como único argumento para establecer alguna fase ofensiva duradera. La descarga del crack riojano, siempre efectiva, era aire para un Athletic que veía como sus interioresJoao Pereira jugo un partido de 20 millones de euros. y extremos completaban un partido de ausencia absoluta. En especial un Ander Herrera que, tememos, llega bastante castigado a la recta final de la temporada. No obstante, el Sporting no se limitó a la fase defensiva y tenía preparado un plan para la transición ofensiva muy jugoso. Martins, mediapunta precioso, torturaba a Iturraspe por todo el eje horizontal, siempre a espaldas de De Marcos y Ander. Tras su inevitable recepción, se desplegaba un abanico de velocidad: El 9, Van Wolfswinkel -ojo a este chico- arrastraba centrales, los extremos, a los laterales y llegando desde atrás, João Pereira completaba un partido de 20 millones de euros ante el inexistente retorno defensivo de Muniain. Suerte que estaba Amorebieta.
Fernando Amorebieta pudo ganar una Copa de la UEFA anoche.
Y de la nada llegó el gol. No hicieron nada para merecerlo ni casi para meterlo. Pero llegó. Y fue terrible para los portugueses. Las marcas se aflojaron, aparecieron los espacios, los interiores (Muniain estacionado en esa parcela) y las primeras cadenas de pases. Durante 15 minutos, la eliminatoria estuvo a punto de cerrarse. Bielsa pensó que era el momento de aliviar de minutos a Ander. El argentino infravaloró Europa. Craso error. De la misma nada, el Sporting alcanzó el empate y posteriormente, Capel recogía con un golazo los frutos de su buen partido resistiendo los acosos de las marcas individuales de los laterales. Volvía la presión intensa, la pierna dura. Por primera vez, desde que trascendiera en aquella noche mágica de Old Trafford, el Athletic de Bielsa estaba siendo superado a todos los niveles. Por fortuna, ahí estaba Amorebieta para, quizás, salvar toda una Copa de la UEFA.
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@ecosdelbalon 20 abril, 2012
A Shark Gutiérrez le gustará que le digamos que acertó totalmente con Diego Capel 😉