De muchos, uno | Ecos del Balón

De muchos, uno


El aficionado de la fila de delante interrumpe con un sentido suspiro tu acomodado ensimismamiento previo al partido. Lentamente arqueas la cabeza hacia atrás y emprendes una desesperada búsqueda en el despejado cielo lisboeta. Con premura la encuentras. Tu rostro se relaja y comienza a dibujar una mueca calcada a aquella que debiste extraviar un seis de enero entre papeles de regalo. Que supieras que iba a aparecer poco importa, estás cautivado y parpadear dejó de ser una opción viable hace ya bastante tiempo. Es el águila Vitória recorriendo su hogar, el Estadio Da Luz. Impertérrito, el majestuoso rapaz de cabeza blanca, pico puntiagudo y poderosas garras prosigue su bello vuelo mientras un atronador ‘Benfica, Benfica, Benfica’ lo acompaña y espolea en los últimos metros de su primera vuelta al estadio. En ese momento la emoción se entremezcla con el sentimiento de incertidumbre, nadie sabe si éste será también su último giro. Desde luego, la consecuencia no es trivial: si se posa, el Benfica caerá derrotado.

El emblema que forjó una identidad colectiva

Aunque en la mayoría de ocasiones los emblemas nacen como fruto de identidades ya consumadas, en el caso del Benfica el huevo fue antes que la gallina. Desde el día de su fundación en una pequeña farmaciaDurante su centenaria historia el Benfica ha cambiado de nombre, pero no de emblema. situada en la melancólica zona de Belem, muchas cosas han cambiado en la entidad lisboeta. Es lógico, han pasado ya más de 108 años. El trascurrir del tiempo precisa de una necesaria adaptación, llegando a propiciar incluso un cambio de nombre debido a una fusión [1]. Sólo hay una excepción, un asunto innegociable: el espíritu del club. Impávidos e imposibles de disociar, el águila como símbolo y ‘E Pluribus Unum’ como lema han marcado el recio y recto rumbo del Benfica como ya lo hicieran antes con Estados Unidos [2]. La depredadora ave tiene asociada a su imagen unas históricas connotaciones imperiales de majestuosidad y victoria. La frase latina que la ha escoltado en un teórico segundo plano durante todas estas temporadas supone algo más que una positiva declaración de intenciones: ‘de muchos, uno’.

De lo representativo que resultan da buena prueba la construcción del primer Estadio da Luz. Como requisito de obligado cumplimiento para el crecimiento de un club ya ganador, en 1953 se proyectó un nuevo recinto que contaría con 40.000 localidades. En menos de dos años, se disputó el partido inaugural ante el FC Porto. La tremenda celeridad en su edificación esconde la principal clave sociocultural del ‘O Glorioso’: la integración del aficionado como parte activa del club. Miles de benfiquistas se ofrecieron voluntariamente como peones, reduciendo así el coste y acelerando el proceso de forma notable. Con un sentimiento francamente paternalista, fueron sus manos las que esculpieron y fijaron los cimientos de su propio hogar. Al fin y al cabo, ellos son el club.

Avería sin redención

La década de los ’60 fue la época de mayor gloria para las águilas, pero también el origen de su histórica maldición. Tras proclamarse campeón de la Liga Portuguesa un año antes con el Porto, el club lisboeta decidió contratar como entrenador a Bela Guttman, un adelantado a su época. Su éxito en tres temporadas fue arrollador: dos Ligas, una Copa y dos Copas de Europa tras vencer de forma consecutiva al Barcelona de Kubala y al Real Madrid de Alfredo di Stefano. Su herencia: el fichaje de Eusebio [3], el mejor jugador de la historia del club. Sin embargo, tras cosechar la segunda Copa de Europa pidió un aumento de sueldo. Lo que se entendería por lógico en la actualidad, no lo fue entonces para la directiva del Benfica a tenor de la consiguiente rescisión de su contrato. La replica de Guttman aún resuena por las empinadas cuestas de Lisboa: «En los próximos cien años el Benfica no volverá a ser campeón europeo».

Nadie podía presagiar que estas palabras tuvieran mayor trascendencia que la del histórico pero típico enfado del ‘puto’ entrenador tras ser despedido. Era un club consolidado en la élite europeaDesde entonces, el Benfica ha perdido las seis finales europeas que ha disputado. y contaba en sus filas con la mayor estrella en ciernes del fútbol europeo. Iba a seguir llegando a finales continentales. Y así lo haría. 1963 AC Milan, 1965 Inter de Milan, 1968 Manchester United, 1973 Anderlecht, 1988 PSV Eindhoven y 1990 AC Milan. Seis finales, seis derrotas. Ya sea a partido único o a doble encuentro, en la prorroga o en los penaltis, en la Copa de Europa o en la UEFA, el resultado siempre era el mismo. Como la bola de metal unida a la cadena que acompaña al reo y le permite avanzar pero sin poder levantar los pies del suelo, la maldición de Bela Guttman ha estado presente en el sentir colectivo de jugadores y afición. Tal es así que en los días previos a la disputa de su última final y aprovechando que es en Viena donde yace su ex entrenador, la expedición benfiquista liderada por Eusebio le hizo una ofrenda floral como muestra de quien sabía haber errado y creía haber pagado ya una pena justa. No obtuvo misericordia. No de esa manera.

El orgullo de Portugal

Aunque resulta imposible establecer una relación de causalidad directa, lo cierto es que, tras la decisión por parte de la directiva de rescindir el contrato de Bela Guttman, la participación de los aficionados en las cuestionas de club se incrementó de forma constante. Una de las decisiones más trascendentales se tuvo que afrontarLos socios fueron juez y parte de la decisión de contratar jugadores extranjeros. a mediados de los años 70. Hasta entonces en las águilas sólo habían militado jugadores portugueses o procedentes de sus colonias, lo que suponía uno de los pilares principales sobre los que históricamente se había edificado el orgullo benfiquista. Los malos resultados y el proceso de descolonización fueron el detonante de la aprobación por parte de los socios de fichar jugadores extranjeros con los que seguir manteniendo su brillante rendimiento deportivo. De manera similar pero más reciente, se presentó la opción de construir un nuevo Estadio da Luz como consecuencia de la celebración de la Eurocopa de 2004. La carga afectiva contraída durante tantas temporadas con un hogar que ellos mismos habían colaborado a levantar era la gran contraindicación al derribo. Los aires de modernidad y prosperidad económica se situaban en el otro lado de la balanza. Finalmente, se aprobó el cambio. Acertada o no, la decisión fue suya. En 1962 no fue así.

En 2007, el Benfica comenzó a cotizar en bolsa. Esto trajo como principal consecuencia una transparencia aún mayor en sus movimientos económicos. Las compras, ventas y acuerdos con terceros se encuentran al alcance de cualquiera al ser declaradosante la Comisión del Mercado de Valores.

Este creciente sentimiento de pertenencia, sus orígenes humildes y el tempranero éxito en las competiciones europeas de máximo nivel terminarían extendiendo el sentimiento ‘benfiquista’ más allá de Lisboa, convirtiendo en una situación extraña el no encontrar una ‘Casa do Benfica’ en cualquier municipio del país. Son casi cinco millones en Portugal y catorce en todo el mundo los que componen la gran familia de las águilas. Apoyados en este hecho, en 2004 el club inició la campaña ‘Kit Socio’ con el objetivo de conseguir sumar el mayor número de socios posibles provenientes de su extensa masa social. La recompensa no podría ser más gratificante: se socio y forma parte de tu club, de tus colores, de tu pasión. Forma parte de ti mismo, en definitiva. El resultado fue todo un éxito. En 2006 el Benfica entró en el Libro Guiness de los Records como el club de fútbol con más socios del mundo, tres años más tarde superaría la astronómica cifra de 200.000 socios. El ‘orgullo de Portugal’ tiene motivos para sentirse orgulloso, valga la redundancia. Adaptando su lema a la realidad de unos tiempos nada gratos para el romanticismo: de 200.000 aficionados, uno. Su Sport Lisboa e Benfica.

 

Con las alas bien extendidas y sin intención alguna de planear, Vitória emprende la segunda y definitiva vuelta al estadio. Sin perder un ápice de emoción, los aficionados que te rodean resoplan aliviados: la victoria es segura. Cuando comienza el último paso del vibrante ritual, por suerte aún no has recordado cómo se parpadeaba. Con un vertiginoso e impactante descenso, el ave concluye con sus poderosas garras en lo alto del escudo. Su escudo. Vigilante y protector, el sitio está hecho a su medida. El público rompe a aplaudir, el club más laureado de Portugal está a salvo en casa. Sin embargo, más allá de sus fronteras y hasta dentro de 49 años, la jurisdicción sigue siendo de Guttman.

 

[1] El club originariamente se llamaba Grupo Sport Lisboa. Tras su fusión en 1908 con el club ciclista Grupo Sport Benfica, adoptaría el nombre con el que hoy le conocemos: Sport Lisboa e Benfica.
 
[2] Tanto el águila como el lema ‘E Pluribus Unum’ han estado vinculados al simbolismo estadounidense desde su nacimiento como nación. Ambos aún están integrados en el ‘Gran Sello de los Estados Unidos’, elemento de obligada presencia en los documentos oficiales del gobierno.

[3] Fue José Bauer, ex jugador de Bela Guttman en su época en Sao Paulo, quien le aconsejó el fichaje de Eusebio. El precio del mismo: 350.000 escudos.


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http://www.ecosdelbalon.com/2012/04/el-aguila-vitoria/


6 comentarios

  • @sepioes 3 abril, 2012

    Los clubes portugueses se están gestionando de manera magnífica con las contrataciones de jugadores/proyectos TOP sudamericanos que son vendidos a precio de oro más tarde:

    David Luiz, Di María, Coentrao (este sí portugués), Falcao, Guarín. Y tenemos a muchos más ejemplos en ambos equipos actuales como puedan ser Gaitán, Witsel (no creo que sigan mucho tiempo) y por supuesto Danilo del Porto, uno de los proyectos brasileños al que más ganas tengo de ver en un equipo de élite europeo para ver si se consolida como parece.

    Debe ser frustrante para sus aficionados ver cómo cualquier estrella que surge se va, pero luego miran sus actuaciones en Europa y sus prestaciones en la Liga Sagres y recuerdan que la decisión de vender fue acertada.

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  • @migquintana 3 abril, 2012

    @sepioes

    Sin duda Lucas. Benfica&Porto están llevando a cabo gestiones brillantes -lo de Pinto da Costa da para varios tomos-, explotando un mercado sudamericano que le da un tremendo rédito tanto a nivel futbolístico como económico. El Benfica de Jorge Jesus nos enamoró a muchos en 2010 con Di María y David Luiz. Luego llegó Villas Boas con su Porto y todos deseábamos verles jugar cada jueves. Además, la gran actuación de los clubes lusos en la pasada Europa League ha propiciado que en coeficiente UEFA la Liga Portuguesa sea ya la 5ª de Europa, con los beneficios que esto supone. Desde luego, la ecuación parece todo un éxito.

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  • @TomasMartinez23 3 abril, 2012

    Genial entrada para entender aún mejor lo que es el Benfica. Aquí no tenemos la sensación de que sea un club tan grande, pero realmente lo es, y es enorme. De hecho, hay como una veintena de equipos de fútbol con el nombre "Benfica" en varios países del mundo, como en Luxemburgo, Andorra o incluso se llegó a fundar uno en Londres.

    Además, como comenta sepioes, el Benfica se está moviendo con muchísima inteligencia en sus contrataciones/ventas. El Benfica y el Porto, sobre todo, que fichan bueno y relativamente barato y venden a un jugador mejor y bastante más caro. Es evidente que no pueden mantener a sus jugadores tanto tiempo como les gustaría, pero el Porto ha aguantado durante varios años a Hulk y Lisandro López, por poner un par de ejemplos. Veremos qué consigue hacer hoy el Benfica, lo tiene complicado ante el Chelsea pero pensar en la posibilidad de un 0-1 no es para nada descabellado.

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  • GarrinchaCF 3 abril, 2012

    Aquí un benfiquista :) Precioso el texto, tal cual.
    Por cierto hace 4 añitos estuve ahí, el estadio es maravilloso, todo un acierto su elección para la final de la Champions en 2014. Ojalá entonces pueda volver, que el Benfica sea tan bueno o mejor que hoy y que llegue para romper de una vez con la maldición.
    Saludos!

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  • @migquintana 3 abril, 2012

    @TomàsMartínez

    Es cierto lo que comentas. No hay una conciencia real de lo que significa el Benfica tanto dentro de Portugal como en otros lugares. Esto se puede observar en el mapa que he vinculado sobre la repartición de benfiquistas por todo el ''mapamundi''. Su influencia es bestial, sobre todo en las zonas de histórica influencia portuguesa como Mozambique o Angola. No es para menos, su historia bien lo merece.

    @GarrinchaCF

    Me alegro que te haya gustado el artículo. El nuevo Estadio da Luz tiene una pinta realmente tremenda, lo de su elección como sede de la final de Champions que comentas es totalmente lógico. El equipo tiene mimbres para crecer, veremos su evolución a corto/medio plazo. Lo que si sería un bonito y merecido homenaje es que, al menos, el águila Vitória esté presente en dicha final.

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  • Vilariño 18 octubre, 2012

    No sé por qué no había leído esto… ¿? Gran gran trabajo, Quintana!

    La mística del Benfica, cuatro de las palabras más repetidas del idioma portugués. Por cierto, con respecto a Da Luz. Cuando el estadio original se amplió hasta las pantagruélicas 120 mil localidades que solía tener en su momento, se llevó a cabo la llamada "Campaña de lo azulejos", por la cual, cada socio del Benfica que donase una determinada cantidad de dinero, tendría el nombre de su familia o el suyo propio en uno de los miles de azulejos que cubrirían una de las fachadas del Estadio. Ni que decir tiene que, como todo lo que involucra a la fantástica masa social de Las Águilas, fue un éxito arrollador.

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