El Atlético de Madrid lo ha pasado francamente mal contra el Hannover 96, tanto en la ida como en la vuelta. De hecho ayer durante 45 minutos fue inferior al conjunto alemán. En parte, porque la adecuación de los de Mirko Slomka al equipo rojiblanco es altísima, y se ha valido de ella para recortar la evidente distancia técnica. Repliegue honesto en campo propio ordenado en un 4-2-3-1, movimientos defensivos relajados priorizando la ocupación del terreno antes que el robo y una transición ofensiva fea como ella sola, pero desacomplejada y certera. Pases tensos y siempre de dentro a fuera, conducciones y desdoblamientos externos y juego directo si se alargaba el asunto. Vamos, que si contaban 15 segundos con el balón en los pies, pelotazo. A Simeone esto le trajo por el camino de la amargura durante medio encuentro. Es un buen plan anti-Atleti.
Sobre todo si Adrián no está, que es el caso, por muy maquillada que quedara su actuación por el súper gol que anotó. Adrián es quien hace ancho al Atlético. Diego, Koke, Turan, Falcao… ninguno ayuda ahí. ElAdrián no está bien, y no hay quien ensanche el sistema único atacante que interpreta bien las bandas y que tiene condiciones para sacarles provecho es el asturiano, y por eso el Cholo le destina a caer indistintamente a una u otra, según el lateral que se sume. Pese a estar cuidado por el sistema -ya nunca baja a apoyar-, Adrián está cansado, le cuesta administrar todo el frente ofensivo. Esto convierte al Atleti en una presa clara para rivales tácticamente competentes, porque defender sólo el carril central es fácil. A Diego y Koke les costaba encontrar posiciones por delante del balón, el brasileño tuvo que bajar a ser él quien enhebrase la aguja y todo fue una pastosa imprecisión. Los locales, desde su simplicidad, no es que creasen muchas ocasiones, pero inquietaron más. Cherundolo, Pander, Ya Konan y Rausch -los cuatro externos- fueron protagonistas.
En la segunda mitad Simeone cambió el sistema: 4-2-3-1 con Adrián en la izquierda, Salvio en la derecha y Diego de «10».
Aquéllo había que voltearlo y Simeone tomó decisiones. Del 4-4-2 habitual se pasó a un 4-2-3-1. Muy matizado al principio, más estándar tras el Salvio por Koke. Desde el primer momento el Atlético se sintió más cómodo. La línea de pase hacia Adrián era sencilla, esa asociación daba tiempo para que Filipe desdoblara y el equipo alcanzó la profundidad. Desde la profundidad, también a Diego, que recibiendo de cara y en tres cuartos es otro jugador. Un crack, en realidad. Tan solo los nervios típicos, el gen alemán y la magia de Europa abrieron la posibilidad de prórroga en los últimos minutos, pero el balance fue positivo. Quizá la moraleja de esta historia sea que si Adrián no está para las dos bandas, más vale aprovecharlo al menos en una.
@Guilleco10 6 abril, 2012
Atrevido artículo tras la aparición de ayer en la segunda mitad. Sin embargo estoy completamente de acuerdo, no está desde la Romareda, donde cuajó un partido de un ritmo inferior al marcajo, fuera de sitio y desconectado. Desde entonces no está siendo la pieza diferencial que venía desatascando partidos y de la que Falcao se alimentaba. De todas formas, y por la parte que me toca, firmo que haga una primera mitad como ayer y aparezca en semifinales de Europa League (1/4 de ayer) para hacer esa obra de arte y dibujar el camino hacia semis. Un gol que lo firman pocos futbolistas, un disfrute para la vista.
Saludos Abel!