Cuando vuelva Carvalho | Ecos del Balón

Cuando vuelva Carvalho


El Madrid está en camino de poner nombre a una determinada forma de jugar. Las exhibiciones se amontonan, su estilo le diferencia y su nivel impacta, cada partido es un regalo. Tan jugoso momento se explica en base a dos motivos. El primero, una insostenible inspiración técnica que resulta inabarcable para cualquier conjunto que los enfrente. El abanico de gestos del Real es riquísimo, pero no es infinito, que es lo que parece ahora. El segundo, más sólido y prorrogable, es el equilibrio obtenido por el genio José Mourinho, que sin sacrificar ni un poquito de la adicción al riesgo de sus jugadores ha logrado que el equipo no regale ni un segundo, ni un centímetro, ni una esperanza. Lo controla todo. Esta espectacular explosión de fútbol ha coincidido con el aterrizaje de Ramos en el eje de la zaga. Sin ser la principal razón de la misma, lo está bordando en las tres situaciones del juego que más le involucran: La iniciación, el dominio de la segunda jugada y el esfuerzo en la recuperación.

Durante la iniciación, Ramos se inclina hacia banda izquierda, bien abierto, cediendo a Xabi Alonso el espacio central. El hecho de que el sevillano sea capaz de fijar marcas desde la conducción y de batir líneas desde un pase interior o un cambio de orientación da sentido y utilidad a su posición, ya que si no fuese amenaza real, el contrario podría cerrarse sobre Xabi a discreción. La letal fluidez de la salida lleva también su sello.

Una vez la pelota supera la primera línea del eventual 3-3-1-3, el central opuesto al flanco de ataque se cierra y expulsa a Alonso hacia el frente, formando junto al otro un cierre de dos que custodia a los puntas sueltos. La velocidad y el talento para anticipar de Ramos y Pepe está siendo importante de cara a que el Real casi nunca corra hacia atrás… pese a que suelen acumular hasta 5 futbolistas en la línea de delanteros cuando aposentan el ataque posicional.

Ahora bien, donde Ramos y Pepe se convierten en los grandes protagonistas es en la defensa organizada. Ver hoy defender al MadridNadie pone la línea defensiva más adelantada en las fases posicionales en campo propio excita y abruma a partes iguales, es como intentar jugar al fútbol en los pasillos del metro de Tokio. Se parte de que el pulso del contrario está descontrolado, por el brutal esfuerzo físico e intelectual que precedió al cruce de la divisoria y por la ansiedad que siente al notar que llevaba demasiado rato sin hacerlo. Eso cuesta precisión, y ahí el Real tira de ritmo, con Alonso y Khedira compensando tácticamente y con esfuerzos cortos pero muy intensos del resto desde todas las direcciones cercanas a la pelota. La prioridad es el robo, no el metro, porque si éste se pierde, los centrales lo recuperan. A su vez, ambos tienen la libertad de acosar en líneas más adelantadas o lateralizadas, en pos de aumentar la hiperactividad defensiva. Y lo hacen genial. Esta iniciativa del Madrid le permite decidir en cada momento a qué se juega. El año pasado, el rival les rompía el ritmo deseado alargando sus posesiones como medida protectora.

Esa actitud grupal contemplativa no era cosa de Carvalho, sino del entrenador, que tomó esa decisión táctica. Carvalho es un jugador perfectamente coherente con el modelo desarrollado esta temporada. Sus condiciones, su sensibilidad futbolística y su personalidad están enfocadas a tareas como las que hoy ejecuta el central izquierdo del Madrid, y su entrada en el 11 no tendría por qué implicar ningún cambio de sistema. Lo que ocurre es que Sergio es mejor que él, en todo, y el sevillano quiere ser central. Arbeloa ha entrado bien en el lateral, por su parte. Le encanta acosar y física y técnicamente está orientado a ello, así que apuntala bien la apuesta, pese a ser un jugador de una dimensión inferior. Es complicado. La elección no está tan clara como pueda parecer. El fútbol es de los futbolistas, y sentar al central portugués es prescindir de uno de los muy buenos. Mourinho no quiere hacerlo. Ramos le está obligando.


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