Guardiola es el maestro que concibió un equipo intratable a partir de Messi y la idea de no perder la pelota jamás. También es el positivo que asumió pronto su superioridad y terminó aprendiendo a convivir con ella. No es fácil asimilar que la frescura mental debe tener prioridad sobre la táctica, ni atreverse a obrar en consecuencia. A su vez, Guardiola es un inquieto soñador que cada temporada se regala a sí mismo septiembre y octubre para disfrutar del juguete que creó. Nuevos dibujos, originales movimientos, intercambios posicionales… cositas chulas. Como el fútbol es la disciplina del error, frecuenta el desacierto más de lo que consta, pero se lo pasa genial, aprende sin cesar y gana igualmente, porque está Leo. Tal creador de contenidos es una noticia formidable para nuestro deporte, si bien exige mucho realismo y talento en labores interpretativas.
Dos años atrás, su revelada influencia mexicana cristalizó en forma de salida a tres, movimiento que ya pudimos distinguir, por ejemplo, en la Supercopa de España contra el Athletic de Bilbao. Sin embargo, laPese a todo, la salida lavolpiana no triunfó en el Barça de Pep necesaria adaptación de Ibrahimovic desvió el foco de atención hacia la zona de aceleración, y aparcó la remodelación de la base hasta comienzos de la 2010/11. Visto con perspectiva, se infiere que persiguió activar a Xavi lo antes posible y con el máximo espacio contingente, pero aquéllo no funcionó. Las limitaciones de Busquets en el envío resultaron insalvables y a Xavi se le acosaba hasta la primera media luna, así que no tras pocos intentos se acabó desistiendo y recuperando una salida más estándar. El problema es que la estampa era tan bonita y tan fácil de identificar sobre el césped que alcanzó una trascendencia mediática excesiva. Aún habiendo fracasado en su ejecución el mejor equipo del mundo, el automatismo más característico del libreto de La Volpe fue imitado tanto en la élite como en las categorías más modestas, con resultados entre discretos y patéticos. Apenas salieron airosos en el intento el Villarreal de Garrido y Bruno, el Espanyol de Pochettino y Márquez y el Málaga de Pellegrini y Apoño, e incluso estos tres equipos acabaron volviendo a la arquetípica salida de cuatro, desde la que encontraban una racionalización del espacio más sencilla. El tema estaba clarísimo, el automatismo requería una especialización acentuada, mínimo, en las piezas claves. Y nadie las tenía.
En la primera jornada de la Liga BBVA 2011/12, La Romareda presenta un Real Madrid brillante con Xabi Alonso ocupando el espacioXabi Alonso es el mediocentro ideal para este movimiento que dejaban libre los abiertos Carvalho y Pepe. Pese a atravesar un momento de forma no ya problemático, sino directamente perdedor, al donostierra le luce el rol, porque está hecho para él. Tiene tiempo y espacio para girarse con tranquilidad y su rango de pase se excita al comprobar que existen líneas de pase hasta en tres escalones diferentes. Además, una vez alcanzada la zona de aceleración su incorporación al campo contrario es libre y de cara al frente. Todo va como la seda, el fútbol desarrollado es formidable y el control de la situación, total. Un mes después, y habiendo repetido el patrón táctico en todos los partidos disputados, el nivel medio no supera suficiente.
El mejor jugador aquella tarde no fue el 5, sino el 10. Durante el nacimiento, Özil se descolgaba de la mediapunta y ocupaba posiciónActivar el 2º escalón asociativo es el gran reto de Mourinho de falso interior derecho, conectando fluidamente con Xabi y metiendo al Madrid en campo contrario. Dicho flujo se ha disipado casi hasta la invisibilidad con el pésimo momento que atraviesa el alemán, al Real le cuesta cruzar la divisoria y ahí empieza el lío. Al no cruzarla con calidad, Marcelo, que es proyectado hacia arriba por la táctica, es condenado a recibir de espaldas y presionado. Y como lo que va mal termina precipitando, los puntas no dan tiempo a Alonso para sumarse a la mitad ofensiva. Con los dos grandes gestores desactivados, controlar el partido es tarea ardua.
Ahora bien, la medida no es producto ni de un capricho ni de la moda imperante, Mourinho es muy pragmático para eso. Se trata de ir haciendo espacio al fichaje más importante, Nuri Sahin, que siendo distinto y del perfil opuesto, triunfó en Dortmund jugando a una altura similar a la de Alonso en el Madrid del año pasado. Con él, Alonso hallaría un receptor hábil, y el equipo, una referencia instantánea para imponerse en campo rival. Sin él, Özil es el único que puede evitar el definitivo fracaso de la conflictiva salida lavolpiana en Europa.
DBEcos 25 marzo, 2012
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