Día 1. Segunda parte: Sin profundidad no hay defensa | Ecos del Balón

Día 1. Segunda parte: Sin profundidad no hay defensa


La primera parte del análisis dimensionó la variante que condicionaría la fase base del partido, el ataque posicional del FC Barcelona, desatendiendo los quehaceres del Real Madrid con el balón. Sin embargo, fueron los blancos los que disfrutaron de la mayor producción ofensiva del encuentro, una estadística singular considerando que su oponente rebasó el 70% de posesión. Es recomendable la lectura previa de «La posición de Pepe» antes de proseguir con la de este «Sin profundidad no hay defensa», porque de la derrota parcial del juego de posición azulgrana surgieron las complicaciones que explican el dato.

Presión. El concepto futbolístico que define la sublime transición ataque-defensa del Barça cuando éste alcanza la plenitud de su fútbol. Se enfatiza, que seguro que el lector bajó la guardia al llegar a la parte crucial de la frase: Cuando éste alcanza la plenitud de su fútbol. Bajo esa condición, viven con pelota muy cerca del área contraria, es ahí donde la pierden y, por lo tanto, pueden comenzar la defensa a esa altura. Dominan como ningún otro los dos pasos, el darle al esférico la ubicuidad deseada y la reacción tras extravío, por eso son los mejores, pero su dependencia del movimiento es total. O presión o rezarle al talento individual de sus zagueros. Excepcional si el mitológico Puyol se une a Piqué, aunque nunca tan sólido como el de un bloque preparado para defender su campo.

Para profundizar en la temática del párrafo anterior, es interesante leer este texto seguido de este otro.

Así pues, el Madrid tenía vía libre para castigar con transiciones rápidas. El primer detalle sugerente lo encontramos en el intercambioDi María y C. Ronaldo, a pie natural, fueron claves en transición ofensiva de bandas entre Di María y Ronaldo, decisión tomada por muchos motivos. El primero es la debilidad del Barça en la defensa de los carriles externos, debido al poco impacto de los interiores en esas zonas y la centralización de su mediocentro, aspectos que aconsejaban al Real salir con un pase diagonal dentro-fuera. Recuperar siempre la posesión en el medio favorecía a los blancos. El segundo motivo lo encontramos en la ausencia de Özil, epicentro asociativo en tres cuartos que Ronaldo y Di María usan para la pared en su característica diagonal. Sin ese apoyo, habilitar a los extremos para que pudieran salir hacia fuera les daba un campo de acción superior. Y el tercero de los importantes sería que precisamente esa salida por fuera involucraba a más futbolistas en las carreras, a causa de la limpieza en el carril central y la necesidad de cargar la zona de remate. Esta fue la razón por la cual el Barça hizo más kilómetros que el Madrid pese a tener más posesión, pues huelga anotar que el que corre hacia atrás, corre con más gente, para mantener el principio básico de la superioridad numérica defensiva. La igualdad fue la nota dominante, pero situaciones como las descritas en este párrafo inclinaron un poco la iniciativa a favor de los locales. Sucedían más cosas afines a ellos que a su rival.

Tampoco es que el Real bordara su apuesta. Más allá del césped, siempre perjudicial para el equipo que atacaba, el ataque merengue anduvo impreciso en lo técnico, precipitado en la elección e incompleto en lo futbolístico, al no establecer ni una vez fase ofensiva posicional durante los primeros 50 minutos de choque. Al hilo de esto, la suplencia de Özil y la agudeza de Mourinho hacen vaticinar algún intento de sorpresa en los próximos partidos. De resolverlo con éxito, el Barça hallará un nuevo problema en la figura de Marcelo, que ganaría presencia y causó muchos problemas cada vez que cruzó la divisoria.

Finalmente, es reseñable la perfecta dirección de campo del entrenador madridista tras la expulsión de Albiol, devolviendo a Pepe a la medular y creando una salida de balón con el juego directo sobre Adebayor. Detalles diferenciales, en definitiva. La próxima entrega la tendremos el miércoles, y conociendo la respuesta a una sola pregunta ya sabríamos de la misa, la mitad: ¿Podrá el FC Barcelona exhibir su célebre presión? Guardiola es el único que maneja una contestación aproximada.


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