Eto´o era la única superioridad | Ecos del Balón

Eto´o era la única superioridad


Inter y Bayern han compensado al fútbol tras la sosa final que ofrecieron en la pasada edición de la Champions League. Su eliminatoria ha tenido de todo: Rachas de buen juego, actuaciones individuales sobresalientes, señaladas claves tácticas, momentos dramáticos, jugadas de gran valor estético y muchos, muchísimos errores. Pero lo más relevante fue la constatación de una realidad fantástica: Esta competición se ha creado tal leyenda, nos inclina tanto hacia la sobreactuación, que a los equipos les da miedo hasta verlo demasiado fácil. El Bayern de Munich no estará en el sorteo del próximo viernes porque teniendo vía libre para llegar hasta Julio César, dedujo que lo más maduro era bajarle el ritmo al partido. Es una más, como esa que hace de un 0-1 algo irremontable, cuando lo único que se precisa para superar la situación es ganar un partido de fútbol. La Copa de Europa está en nuestra imaginación. Quien lo descubre, gana. La verdad es mucho más sencilla.

El envite constó de tres partes y sólo la primera estuvo marcada por los aciertos del dominador, el Inter de Milan. Leonardo hizo reposar aCambiasso hizo de mediocentro y enfocó su juego contra Frank Ribery. su equipo sobre un 4-2-3-1, corrigiendo de raíz el error que le costó el partido de ida. Además, la máxima expresión del talento defensivo en zona de mediocentros volcaría su influencia sobre el perfil derecho, sabia decisión, pues con Robben matan pero en Ribery viven. El duelo franco-argentino fue la cima de lo que va de torneo. También se ajustó la actitud de los externos, que pasaron de presionar el mecanismo de salida alemán a bloquear las líneas de pase hacia Robbery. Cortado el suministro a tres cuartos, la base de la jugada del Bayern evidenció que jugar sin espacios no es tan sencillo, su fase ofensiva se vio superada por la defensiva del Inter y éstos castigaban en transición. El campeón mostraba un nivel más o menos digno de su corona.

Así fue hasta que Julio César nos recordó que aquel lejano y excelso primer tiempo de Maicon, Dani Alves, Robinho y Kaká no pasó a la historia. Las consecuencias fueron las mismas, se le descosió el equipo. La obsesión por recuperar la pelota rápidamente creó un hueco entre los mediocentros y los mediapuntas que Robben, Müller y, sobre todo, Ribery aprovecharon para recibir y arrancar. Demolición, sangría, muerte. Ni un solo elemento alteraba la lógica proyección de una goleada. La fortuna dio al Inter una segunda oportunidad. Para remontar, el primer paso a caminar era recuperar un mínimo de solidez en su machacado sistema defensivo.

El Inter no cambió al Bayern. El Bayern dejó de atacar por decisión propia.

Y entonces, el Bayern dejó de hacer aquello que le hacía superior: Atacar. Por voluntad propia, jugaron a que no pasara nada cuando todo lo que estaba aconteciendo era a su favor. Leonardo interpretó la tesitura, mandó al cañonero Sneijder al centro y sumó el talento de Coutinho en la izquierda, protegiendo al brasileño con el traslado de Cambiasso al perfil siniestro del doble pivote. Las decisiones ayudaron, pero no remontaron el partido. Lo hizo Samuel Eto´o, el de verdad, el de antes de la lesión del 2007, que abusó de su abrumadora superioridad sobre el eje central de la defensa de Van Gaal. Por concluir, la impresión es que pasó el colectivo de menos vuelo. Sin embargo, la presencia del delantero centro nos exige seguir respetando al campeón, aunque juegue mucho peor que antes.


Comentarios (2)

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LLego aquí por Eto'o, claro. Me quedo con " La Copa de Europa está en nuestra imaginación. Quien lo descubre, gana."

La Copa de Europa son los padres ^^.

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